Versión coloreada del grabado que aparece en la edición de Michael MaierTripus aureus de 1618, compuesta por tres tratados alquímicos. Este pertenece al dedicado a las Doce Claves o Doce Llaves, atribuído al monje benedictino Basilio Valentino. Arriba de la imagen se encuentra el Atanor u horno alquímico, donde aparece la serpiente como símbolo del mercurio de los filósofos (alquimistas). Por debajo se muestra el bestiario hermético por el que se simbolizan las operaciones y elementos que componen la obra alquímica: (según Stanislas Klossowski) el León representa la fijación del azufre; el águila voltilidad y disolución del mercurio; la serpiente el disolvente mercurial; el dragón el Tema (materia prima) del arte; el cuervo la nigredo o putrefacción; el pavo real los colores diversos de la obra; el cisne la piedra blanca; y el fenix que simboliza la putrefacción y multiplicación de la Piedra Filosofal.Todo parece indicar, que una interpretación críptica y fragmentaria del sistema de escritura jeroglífico de los antiguos egipcios, estaría en la base que diera lugar al arte de la emblemática que alcanzó gran divulgación en los siglos XVI y XVII. Esta particular interpretación se remonta a los griegos de la Antigüedad, quienes tenían el convencimiento de que los jeroglíficos no guardaban relación alguna con el lenguaje normal, sino que eran expresión pictórica y alegórica de un conocimiento misterioso por el que se revelaría la verdad última. Sobre cómo esta verdad última se revela en forma visual Plotino en Eneadas dice: " Los sabios (sacerdotes) egipcios indicaron la verdad allí donde, en su afán de lograr la exposición filosófica, abandonaban las formas de escritura detallada de palabras y frases sustituyéndolas por el trazado de dibujos, grabando en las inscripciones de los templos una imagen distinta para cada concepto distinto. De esta manera dejaban constancia de la ausencia de discursividad del reino intelectual. Y es que cada manifestación de conocimiento y sabiduría constituyen una imagen concreta, un objeto en sí misma, una unidad inmediata de razonamiento discursivo y voluntad detallada y no algo añadido". Siguiendo a Plotino, Ficino añadiría en el Renacimiento: "Los sacerdotes egipcios no utilizaban letras individuales para significar los misterios, sino imágenes completas de plantas, árboles y animales; porque Dios tiene conocimiento de las cosas no a través de una multiplicidad de procesos de pensamiento, sino más bien como una forma firme y simple de cada cosa. (...) Los egipcios representaban el conjunto del razonamiento discursivo como si dijéramos en una imagen completa". Para Ficino, esta "escritura sagrada" no representa simplemente el concepto, sino que lo encarna, y siguiendo a Platón y Plotino, continuó con la creencia de que fue el dios Thot (Hermes) quien le dió origen, siendo su significado hermético tan sólo conocido por la élite de los sacerdotes egipcios. Estos eran considerados los despositarios de un saber que se ocultaba al pueblo. Esta forma de entender las imágenes enigmáticas que revestían los templos y restos arqueológicos, de una civilización que causaba asombro y fascinación, despertó mayor interés por el descubrimento en 1419 en la isla de Andros del manuscrito de los Hieroglyphica. Este manuscrito, atribuído al enigmático Horapolo, llegó a Florencia en 1422, provocando una gran sensación, ya que por fín se creía tener una obra que explicase el sentido oculto de los misteriosos jeroglíficos egipcios. A pesar de sus numerosas lagunas, el manuscrito alcanzó gran difusión llegando a ser un elemento fundamental en la idea que se tenía de los jeroglíficos durante el Renacimiento. Su influencia se dejó notar en el mundo editorial y artístico, haciendo resurgir los esfuerzos por interpretar aquella cultura, llegando a publicarse bastantes obras sobre el tema a lo largo del siglo XVI. Un ejemplo es el Hieroglyphica sive de sacris Aegiptorum de Valeriano, inspirada directamente en la obra de Hor
apolo. Otra obra donde se hace presente la fascinación por el jeroglífico es la Hypnerotomachia Poliphili atribuía a Francesco Collonna, de la que el estudioso Julian Gállego ha comentado: "un universo esotérico y arqueológico, en que cada paisaje, cada monumento, esconde un sentido misterioso sólo accesible a los iniciados". Todo esto demuestra la gran afición que hubo sobre todo lo que provenía de Egipto, poniendo de moda en círculos cultos un gusto generalizado por lo ideográfico, secreto y esotérico, junto a una supervaloración de lo visual. Este interés llegó a artistas como Alberto Durero, dejando huella en algunas de sus obras, como en el grabado del "Arco Triunfal de Maximiliano" y algunos dibujos de jeroglíficos para la traducción manuscrita de Horapolo realizada por Willibal Pirckheimer en 1514. Inspirados también por la obra de Horapolo, los Emblemata (Emblemas) comenzaron a divulgarse ampliamente gracias a
l uso de los modernos medios de impresión y técnicas de grabado, siendo la famosa obra de Andrea Alciato la de mayor repercusión. Eran imágenes alegóricas o simbólicas acompañadas de unas pocas líneas crípticas en prosa o verso (epigramas), alusivos pero al mismo tiempo oscuros, constituyéndose en una especie de acertijo pictórico que encerraba una solución de índole moral. Los emblemas podían aparentar ser una cosa pero ser otra, siendo un vehículo ideal para transmitir conocimientos de caracter secreto por lo que fueron adoptados por los alquimistas. La interpretación que hizo Horapolo de los jeroglíficos, contribuyó al surgimiento de una tradición que consideraba que todos los mitos e imágenes religiosas de la Antigüedad ocultaban un significado alegórico o simbólico. En 1544 se publica en Venecia el diálogo La espositione de Geber Philosopho, donde un idealizado Geber, el mítico alquimista árabe, consigue convencer a un tal Demogorgón de que su interpretación imbuida de sentido moral de los mitos y fábulas de la Antigüedäd, es errónea, siendo su verdadero significado sólo accesible para quien está iniciado en el Arte de la alquimia: "En cuanto hayáis visto practicar este Arte y seáis, pues, uno de nuestros hijos, conoceréis esta verdad. Y si no negáis la opinión de los antiguos , que como ya os he dicho consiste en que todo metal se halla en todo metal según ya os he explicado, ya no podréis negar que tal es el verdadero sentido y la verdadera intención de los poetas de la Antigüedad en relación con las fábulas poéticas, puesto que quisieron ocultar esta ciencia de todas las maneras posibles. Muchos son, además, los sabios que afirman que en estas fábulas poéticas los antiguos ocultaron los secretos de la Naturaleza..." y concluye: "los antiguos ocultaron los secretos de la Naturaleza no sólo en escritos, sino también mediante numerosas imágenes, caracteres, cifras, monstruos y animales representados y transformados de maneras diversas. Y dentro de sus palacios y templos pintaron esas fábulas poéticas, los planetas y los signos celestes, con muchos otros signos, monstruos y animales. Y no eran comprendidos sino por quienes tenían conocimiento de tales secretos...". A partir de esta creencia, los alquimistas incluyeron todos los mitos clásicos, fábulas, figuras alegóricas, emblemas, símbolos -o "jeroglíficos", tal como ellos los entendían- en un sistema de correspondencias múltiples , suponiendo un impresionante desafío para todo aspirante a iniciarse en la Gran Obra. Sobre esto, Michael Maier en su Atalanta fugiens (La fuga de Atalanta) de 1618, inspirada en el mito de Atalanta e Hipómenes -en el que verá narrado de forma oculta todo el proceso de la obra alquímica- escribe en uno de los discursos: "La diversidad que muestran los autores en sus escritos es tal que quienes buscan la verdad acerca de los objetos del Arte casi desesperan de poder llegar a descubrirla. De echo, los textos alegóricos son ya de por sí difíciles de comprender y causa, por tanto, de numerosos errores, lo que es especialmente acusado cuando se aplican idénticos términos a realidades distintas y términos distintos a realidades idénticas".LLAVE I - El Rey y la Reina, Principios gemelos de la Obra, son extraídos de su metal por Disolución (solve), saltando el lobo gris del Antimonio por encima del crisol mientras se extrae cuidadosamente el Azufre por la acción de Saturno. Interpretado de otra manera, el emblema ilustra con exactitud la frase inicial del Liber secretus de Artefius: "El antimonio es del reino de Saturno y posee en todo su naturaleza".

LLAVE II - La llave II representa a un efebo desnudo y alado de testa coronada. Encima de su corona aparece el signo del mercurio que le designa. El joven efebo sostiene un caduceo en cada mano. A sus costados brillan la Luna y el Sol que recuerdan los dos fines de la Obra. A los pies de este Mercurio se despliega un par de enormes alas que simbolizan la volatilidad. El joven dios aparece triunfando sobre dos hombres que parecen marchar sobre él en actitud amenazadora, pero dando simultáneamente ciertas muestras de temor. Uno de ellos levanta una espada sobre la que se halla posado un pájaro. El otro blande otra espada en cuya hoja está enroscada un asaerpiente. Canseliet ve en este grabado la purificación del mercurio por el fuego simbolizado por las espadas.
LLAVE III - La tercera llave representa a un dragón alado en un paisaje montañoso. En un segundo plano, huye un zorro que arrastra una gallina en su hocico. Un gallo encaramado en su espalda intenta hacerle soltar su presa. Este grabado ilustra el combate entre dos naturalezas, volatil y fija, que descienden de la materia original representada por el dragón. "El Gallo -dice el texto- se comerá al Zorro, se ahogará y asfixiará en el agua; después, recuperando la vida gracias al fuego, será devorado por el Zorro".
LLAVE V - La quinta llave presenta a una mujer con una planta, mientras que Cupido se dispone a dispararle una flecha. Está acompañado por un león coronado bajo un sol, mientras que junto a la mujer se encuentra Vulcano armado con un soplillo y escupiendo fuego. La mujer aparece aquí como la matriz de todo lo que crece, el divino objeto de los amores químicos. Víctima de Cupido, esta humedad mercurial reclama el calor del fuego cuyo guardián es Vulcano. El león, asociado aquí al Rey y al azufre, contiene en sí mismo todas las potencias que harán posible el alumbramiento del Hijo de la Filosofía.
LLAVE VI - La sexta llave representa al Rey y a la Reina casados por un obispo. Un arco iris, símbolo de los colores de la Obra, cruza el cielo entre el Sol y la Luna. En el último plano se vislumbra el cisne de la albificación. La escena se completa con un adepto vertiendo un líquido en un recipiente puesto sobre el horno. Este grabado ilustra la unión real entre el azufre y el mercurio correspondiente a la Luna y el Sol unidos por el arco iris. "El macho sin la hembra -nos dice el texto- no es más que la mitad del cuerpo, así como la hembra sin el macho, pues estando el uno sin el otro no pueden engendrar y multiplicar su especie; en cambio, cuando están casados y unidos forman un cuerpo perfecto, finiquitado e idóneo para la generación." Señalemos por último que el obispo que une a los Esposos simboliza la sal sin la cual el matrimonio entre el azufre y el mercurio nunca puede resultar armonioso.
LLAVE VII - La llave séptima representa a un joven sosteniendo una balanza y una espada y que se halla detrás de un alambique esquemático con la insignia del agua y los nombres de las estaciones. El texto diserta sobre las virtudes químicas de éstas.
LLAVE VIII - La llave siguiente resume diversas fases de la Gran Obra escenificadas en un cementerio. Un sembrador esparce oro sobre la tierra para que germine y crezca en ella. Dos ballesteros apuntan a una diana. Un cadáver yace delante de una fosa de donde se levanta un difunto a la llamada del ángel que toca la trompeta. Esta llave ilustra simultáneamente la putrefacción y la revivificación o resurrección: "No se puede hacer generación alguna, ni de hombre ni de ningún otro animal -narra el texto- sin la putrefacción. Ninguna semilla arrojada a la tierra podrá germinar, aunque sea vegetal, sin que se haya podrido primero." A continuación, Valentín diserta extensamente sobre las simientes y las plantas identificándolas con el crecimiento de los metales y del oro.
LLAVE IX - La llave novena muestra a un hombre y a una mujer volteados sobre una esfera que alberga tres serpientes y tres corazones que simbolizan los tres principios y los tres colores de la Obra, pues "la perfección de la Obra debe venir a través de la muerte para que el negro se transforme en blanco y el blanco tome el color rojo".
LLAVE X - La décima llave representa el sello hermético que encierra el tetragrama con el nombre de Dios y esta curiosa inscripción: "He nacido de Hermógines, Hiperión me ha elegido. Sin Iamsph estoy obligado a perecer". Intentaremos explicarlo de la siguiente manera: La Piedra Filosofal, que es de naturaleza andrógina, está representada generalmente por Hermafrodito designado con el nombre de "Hermógines." La Piedra asegura la posesión del oro simbolizado por el Sol o "Hiperión". Siendo de naturaleza esencialmente espiritual, encuentra su única justificación en Dios designado aquí por el tetragrama y la palabra "Iamsuph".LLAVE XI - A fin de multiplicar su peso, volumen y Perfección, la Piedra Fija reabsorbe una nueva cantidad de Mercurio, volviendose a disolver durante el proceso, es decir, "muriendo" de nuevo. En cada Multiplicación se aumenta la velocidad de elaboración y su fuerza crece diez veces.
LLAVE XI - La llave XI representa a dos mujeres cabalgando en leones que se devoran entre sí. Ambas ostentan sendos corazones de donde brotan el Sol y la Luna como flores de oro y plata. Un caballero armado se dispone a dar un fortísimo espadazo. Este grabado recuerda que el león rojo se alimenta del león verde, que el metal precioso se saca del metal bruto y que esta mutación solamente es posible gracias al fuego simbolizado por la espada. Según Basilo Valentín, esta imagen indica la manera de multiplicarse la "piedra celeste"(...)
LLAVE XII - La última llave representa un laboratorio en cuyo centro se halla el adepto junto a un león que vomita una serpiente. Las flores de las dos Piedras florecen en sendas macetas. En el exterior brillan la Luna y el Sol. Es la apoteosis de la gran Obra.Lecturas:
http://barzaj-jan.blogspot.com/2010/06/el-arte-de-morir.html
Amigos Baruk y Marcos,
ResponderEliminarayer pude ver de forma rápida vuestros amables comentarios. Hoy al ponerme a releerlos detenidamente para responder, he visto que por desgracia los problemas que han afectado a Blogger en las últimas horas los habían borrado. Si teneis un momento y podeis recordarlos, respondería tal como se merecen todas vuestras apreciaciones sin temor a olvidarme de ninguna. Por lo que he observado por ahí aún me puedo dar por afortunado, en otros blogs ha sido eliminada la última entrada, creo que es el caso de Salud y Románico Baruk, espero que no tengáis problemas en reponer ese interesante trabajo. Parece Marcos que Wordpress no se ha visto afectado.
Gracias y fuerte abrazo a los dos !
Hola Jan, te felicitaba por el buen artículo que has escrito, que me ha gustado mucho, y hablaba del Demogorgón que mencionas en el desarrollo.
ResponderEliminarHe escrito un artículo sobre Demogorgón en mi blog.
Abrazos!
Hola Marcos, gracias por recuperar tus palabras.
ResponderEliminarYo no sabía nada de este tal Demogorgón hasta que leí el fragmento que aparece como interlocutor de Geber en el artículo. Pertenece a la obra publicada en Venecia en 1544 ya referida escrita por Giovanni Bracesco.
Sería curioso saber por qué éste autor utilizó un nombre que aparece en otros lugares nada menos que como el del primer dios de la creación tal como expones en tu escrito. Por cierto lo he ojeado y parece interesantísimo, volveré a leerlo detenidamente. Recomiendo a todo interesado en este enigmático personaje que se pase por tu blog:
http://www.mmfilesi.com/blog/?p=607
Abrazos !
Bueno, ve que lo de blogger ha sido una epidemia, suerte que he podido recuperar mi comentario de la papelera, ahi va:
ResponderEliminarCualquier interesado en la Obra encontrará muy útil esta "chuleta alquimica" que nos ofreces.
Que sinceridad la de Michael Maier cuando dice que en la jerga alquímica "... se aplican idénticos términos a realidades distintas y términos distintos a realidades idénticas".
Lo que nos revela, que en este arte, no deberiamos intentar relacionar nada con nada, y menos utilizando la razón, porque para equivocarse, no hace falta ayuda, uno sólo se basta.
Quizá así se llega a la conclusión que todo es un juego de niños, o trabajo de mujeres, vamos, dejar que la Naturaleza obre por sí misma.
Pues nada, a cuidarse de las perrerias de bloggger!!!
Salut!
Estimada Baruk,
ResponderEliminarel arte de la alquimia expresado en los bellos tratados con emblemas como el que aquí dejo, tiene mucho de irracional, por lo que hacer totalmente uso de la razón para entenderlas no tiene sentido. Por otra parte, pienso que para disfrutar de estas obras no es necesario -como es mi caso- comprenderlas en su totalidad. De igual forma una obra de arte contemporaneo, por ejemplo, no tiene por qué ser racional para disfrutar de ella. Sí que tiene que ser un acicate que estimule la intuición y nos habra a sensaciones procedentes de otro orden de existencia o nivel del Ser. Esto es algo que regularmente consigue la música.
Lo que más nos atrae de esas obras es el enigma que despiertan, pudiendo ser desentrañados por los expertos, pero al hacerlo, también se pierde algo de la capacidad de asombrarnos.
Me alegra que hayais conseguido reponer vuestro interesante trabajo sobre la iconografía del dragón:
http://saludyromanico.blogspot.com/
Molta salut !
http://www.lagonzo.es/literatura/lectura-recomendada-las-doce-llaves-de-maria-villamayo LA NOVELA DEL 2012 HA LLEGADO LAS DOCE LLAVES
ResponderEliminarAgradezco tu dedicación al trabajo de la alquimia, me has ayudado a esclarecer algunos terminos con respecto a esta. Gracias por tus comentarios sobre las laminas. Ojalas pudieras pasar por mi blog, donde tb he dedicado algunas entradas a la alquimia. Saludos estimado.
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