jueves, 7 de noviembre de 2013

El sueño de Edward



 Cristina De Middel, The Afronauts 2011


Por siete días y otras tantas noches viajamos por el aire, y al octavo divisamos un gran país en el aire, como una isla, luminoso, redondo y resplandeciente de luz en abundancia. (...) "Y cómo habéis llegado hasta aquí, tras haber atravesado un gran trecho por el aire?" Nosotros le explicamos todo. Entonces comenzó él a contarnos su propia historia: era también un ser humano, llamado Endimión*, que había sido raptado de nuestro país mientras dormía y, una vez allí, llegó a ser rey del territorio. Decía que aquel país era la Luna que vemos desde abajo.

Luciano de Samósata (120-180 d.C) Relatos verídicos (I 10, 11)


Guercino, Endimión durmiente 1645


(*) Endimión era un joven pastor que dormía una noche en el monte Latmos, cuando la diosa de la Luna, Selene, miró hacia la tierra y se enamoró de él. Ella le pidió a Zeus que sumiera a Endimión en un sueño para poder llevarlo junto a ella.




 Edward Makuka Nkoloso, profesor de enseñanza secundaria y activista por la indepencia de Zambia conseguida en 1964, comenzó por aquellas fechas a idear -tal vez animado por la euforia de la liberación-, un quimérico programa espacial en competencia con la Unión Soviética y los Estados Unidos con la intención de que fuera africano el primer hombre en pisar la luna. Su sueño le llevó a solicitar apoyo económico a diversas instituciones entre ellas la Unesco, y a intentar convencer a las autoridades de su país de la viavilidad del proyecto. En este, entre otras cosas se preveía el lanzamiento de naves con catapultas, un entrenamiento para gatos que consistía en lanzarlos dentro de un bidón ladera abajo para acostumbrarlos a la baja gravedad, y como vemos en ESTE vídeo con la entrevista que se le hizo hará dentro de poco 50 años, un duro entrenamiento de los aspirantes a cosmonautas. El distanciamiento por parte del gobierno zambiano, junto al embarazo de una de los miembros de la tripulación, acabaron con las ambiciones de este soñador que podríamos considerar un moderno Endimión, aquel personaje mitológico de la Antigüedad griega raptado por Selene durante su sueño, al que después, en época romana, Luciano de Samósata en un texto donde se narra por primera vez un viaje espacial a la luna incluído en sus "Relatos verídicos", lo situara como rey de nuestro satélite. En esta ficción, la hazaña conseguida por unos navegantes que los llevará a conocer al monarca selenita, será gracias a un potente tifón que los eleva por los aires junto a su embarcación, para ser depositados tras el cósmico vuelo sobre la superficie lunar.

La historia ya olvidada de aquellos años de carrera espacial protagonizada por el joven profesor africano -que bien parece sacada de una novela del conocido como "realismo fantástico"-, es recreada por la fotógrafa madrileña Cristina de Middel en su serie fotográfica "The Afronauts". Editada en forma de libro, incluye en sus 88 páginas fotografías suyas junto a reproducciones de ficticios documentos oficales donde mito y realidad, jocosidad y sensibilidad entrañable, parecen ir de la mano. Para la elboración de su proyecto de gran minuciosidad e imaginación, además de la selección de figurantes y localizaciones, de Middel diseñó personalmente los trajes de los astronautas, así como la bandera que izarían una vez conquistada la luna.

 Cristina de Middel, The Afronauts 2011

A la vista de su obra, esta creativa fotógrafa me parece también una gran soñadora cuyos sueños la impulsan a desarrollar un atractivo trabajo de dificil clasificación que aquí presento, y al que se me ocurre podría ser considerado de "fotoperiodismo onírico".
En una entrevista dijo comentando su obra: "Basándome en la increíble pero cierta noticia de hace 50 años, con esta serie de fotos reconstruyo las escenas que podrían haberla documentado entonces y refuerzo su veracidad añadiéndole a esa certeza mi carga personal y el fruto de mi imaginación".

















 Para ver más fotografías y otras cosas sobre The Afronauts de Cristina de Middel clica AQUÍ


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2 comentarios:

  1. Perseguir un sueño, tratar de alcanzarlo, quizá sólo quimera. En tanto, es válido el camino y apuramos el paso, porque allí, en algún lugar no demasiado preciso, nos espera aquello que tanto ansiamos. ¿Qué sería de nosotros, frágiles humanos, sin la fuerza que nos dan los sueños? Esa utopía que es motor sin tiempo, alas sin plumas, corazón al viento... Miré el link con el resto de las fotos, son realmente muy bellas y significativas. Te agradezco que las hayas incluido en esta entrada, es enriquecedor para todos aquéllos que amamos la fuerza expresiva de la fotografía.
    ¡Muchas gracias Jan!
    Van abrazos!!!

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  2. Estamos hechos de la misma materia que los sueños dijo Shakespeare. Será la razón por la que, como el nutrirse e hidratarse para el cuerpo, nos son tan necesarios para el alma.

    Me alegra compartir contigo, gran amante de la fotografía, la buena sintonía hacia ese trabajo.

    Abrazos de vuelta !

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