Zodiaco de Denderah (reconstrucción) El origianal del Museo del Louvre fue extraido de la cámara dedicada a Osiris en el templo de Hathor en Denderah, Egipto. Siglo I a.C. (estimado)
Leessing, Educación del género humano
Manuscrito astrológico persa. Datado en 1441
"...y mientas los demás animales están naturalmente inclinados mirando a la tierra, dio al hombre un rostro levantado disponiendo que mirase al cielo y que llevase el semblante erguido hacia las estrellas."
Ovidio, Metamorfosis, Libro I
"¿No es mía toda la eternidad?"
Leessing, Educación del género humano
En el poema que dejo a continuación de Eliot Weinberger, se exponen como si de una sucesión vertiginosa de fotogramas se tratara, imágenes procedentes -entre otras cosas- de la mitología y las creencias populares, así como de la poesía y teorías científicas por las que el hombre de todas las épocas y lugares, se ha sentido inspirado e intentado dar respuesta a las incógnitas e incertidumbres despertadas ante la contemplación del cielo estrellado. Son muchas las instantaneas incluídas, pero acabada la trepidante lectura tomamos conciencia de que la secuencia podría continuar al igual que el número de estrellas, hasta el infinito...
Las estrellas
por
Eliot Weinberger
Eliot Weinberger
Las estrellas: ¿qué son? Son trozos de hielo que reflejan el sol; son luces que flotan en el agua más allá de la cúpula transparente; son clavos en el cielo; son agujeros en la cortina que hay entre nosotros y el mar de luz; son agujeros en la dura concha que nos protege del infierno que hay más allá; son las hijas del sol, son los mensajeros de los dioses; son condensaciones de aire en llamas que tienen forma de rueda y rugen a través del espacio que hay entre los radios; se sientan en sillitas; son casas esparcidas por el cielo; hacen recados a los amantes; son composiciones de átomos que caen por el vacío y se enredan entre sí; son las almas de los bebés muertos convertidas en flores del cielo; son aves cuyas plumas arden; fecundan a las madres de los grandes hombres; son brillantes concentraciones del aliento espiritual, hechas de los residuos sobrantes de la creación del sol y la luna; auguran la guerra, la muerte, el hambre, la peste, las buenas y malas cosechas, el nacimiento de los reyes; regulan los precios de la sal y el pescado; son las simientes de todas criaturas de la tierra; son el rebaño de la luna, dispersa por el cielo como ovejas en un prado, que ella lleva a pastar; son esferas de cristal cuyo movimiento crea la música en el cielo; ellas están fijas y nosotros nos movemos; nosotros estamos fijos y ellas se mueven; son los cazadores de focas extraviados; son la huellas de Vishnu, que da caza por el cielo; son las luces de los palacios donde viven los espíritus; son de distintos tamaños; son cirios fúnebres, y soñar con ellas es soñar con la muerte; son como todo lo material, de cuatro tipos de materia: protones, neutrones, electrones, neutrinos; son todas del mismo tamaño, pero algunas están más cerca de nosotros; son la interacción por medio de cuatro fuerzas: gravedad, electromagnetismo, fuerza nuclear fuerte y fuerza nuclear débil; son los únicos dioses, y entre ellos el sol es el primero; son los cazadores de avestruces, que están fuera toda la noche y al amanecer se apiñan cerca del sol para calentarse, y por eso son invisibles; el rocío y la escarcha desciende de las estrellas; los vientos, calientes y fríos, proceden de las estrellas; las estrellas descienden del cielo al regazo de una doncella; son las ascuas del fuego de la creación; nunca cambian; son las blancas tiendas donde vive el Pueblo de la Estrella; son los innumerables ojos de Varuna, que monta por el cielo a Makara, mitad ave y mitad cocodrilo, o mitad antílopoe y mitad pez; son lo que está en un estado de cambio continuo; se les debe ofrecer sacrificios para que traigan la lluvia; son las Nunca Desvanecidas, con forma de golondrina que se alimentan con el fruto del Árbol de la Inmortalidad, aquel que crece en la isla del Lago del Halcón Verde; brillan, refulgen, tililan, destellan; son deliciosas; son portadoras del mal; son los ojos de Thjasse que Thore arrojó al cielo; son las hormigas blancas del hormiguero levantado en torno al inmóvil Dhurva, que medita eternamente en la profundidad del bosque; son una especie de queso celeste batido hasta acerse luz; son, simplemente son; las estrellas son un enorme jardín, y si no vivimos lo suficiente para presenciar su germinación, su floración su follaje, su fecundidad, cómo envejecen, se marchitan y se corrompen; hay tantas especies que cada etapa está ante nuestros ojos; nosotros y todas las estrellas que vemos sólo somos el átomo en un conjunto infinito; un archipiélgo cósmico; el cielo es como una rueda de molino que gira, y las estrellas como hormigas que andan sobre ella en dirección contraria; el cielo es el dosel de un carruaje, con las estrellas colgando como abalorios suspendidas de un extremo al otro; el cielo es un orbe macizo y las estrellas la iluminación perpetua de los volcanes sobre él; el cielo es de lapislázuli puro, salpicado de pirita que son las estrellas; toda estrella tiene un nombre y un nombre secreto; la única palabra que oímos de ellas es su luz; el hombre nunca abarcará en sus concepciones la totalidad de las estrellas; bajo un cielo estrellado en una noche clara, el poder oculto del conocimento nos habla una lengua que no tiene nombre; la bondad y el amor manan de ellas; de no estar situados en una galaxia, no veríamos estrella alguna; si la gravedad no fuera tan débil, las estrellas serían más pequeñas, y si las estrellas fueran más pequeñas no arderían mucho tiempo, y si no ardiesen mucho tiempo no estaríamos aquí; no tienen elementos fortuitos o aleatorios, ni movimiento errático o inútil; el mal y el infortunio manan de ellas; su existencia es improbable; su infinitud nos induce a contarlas; su maravillosa regularidad está más allá de toda creencia y es una prueba de que en su seno reside la inteligencia divina; el silencio eterno de esos espacios infinitos es aterrador; cuanto más comprensible parece el universo, menos sentido parece tener; todas las estrellas se mueven y brillan para ser con mayor plenitud lo que son: la luz emite luz porque es su naturaleza; el conocimiento de las estrellas es fundamental para la comprensión de los poetas; si las estrellas no irradiaran luz, estallarían; después de la muerte las almas habitan en las estrellas: el resplandor de una nueva estrella podría indicar, por tanto, que el alma de un gan hombre o mujer ha llegado a su destino; "desastre" significa "infortunio astral"; la única explicación de por qué hay tantas estrellas que no podemos ver es que el Señor las creó para que otras criaturas, más alejadas, las admiren a una distancia más próxima; somos el centro del universo material, pero estamos en el perímetro del universo espiritual, condenados a ver de lejos el espectáculo de la danza celestial; a diferencia de los otros animales, el hombre fue creado para estar erguido y así poder contemplar las estrellas; el rey Arturo está allá arriba, a la espera de su regreso para gobernar de nuevo Inglaterra; allá está K'uei, el brillante erudito nacido con un rostro espantoso; allá arriba están el Pesebre, la Niebla, la Nubecilla, la Colmena; mira: la Torre de Babel y la Dicha de las Tiendas; allá arriba están los salteadores de caminos y las palomas que llevan ambrosía a los dioses, y los ginetes gemelos de la aurora; allá arriba, la hija del viento llora a su marido perdido en el mar; allá está el Río Fuerte y el Palacio de los Cinco Emperadores, el Criadero de los Perros Ladradores, el Camino de Paja, la Vía de las Aves, el Río Serpiente de Polvo Centelleante; allá arriba están las ninfas que lloran a su hermano Hyas, muerto por un jabalí, y cuyas lágrimas son estrellas fugaces; están las Siete Torres Portuguesas, el Mar Hirviente, el Lugar de la Reverencia; mira: las Avestruces amigas; Casiopea, reina de Etipoía, que se creía más hermosa que las Nereidas, está allá, así como su desventurada hija Andrómeda, y Perseo, que la rescató con la cabeza de Medusa colgada de su cinto, y el monstruo Cetus, al que dio muerte, y su cabalgadura, el caballo alado Pegaso; allá está el toro que ara el Surco de los Cielos; allá arriba está la Mano Teñida con Alheña, el Lago de Plenitud, el Puente Vacío, la X Egipcia; y una vez hubo una niña que se casó con un oso, y horrorizados su padre y hermanos mataron al oso, y ella se convirtió en oso y mató a sus padres y persiguió a sus hermanos a través de las montañas y a través de los arroyos, y los acorraló ante un árbol hasta que el más pequeño apuntó a lo alto con su arco mágico y cada hermano tomó una flecha y fue disparado al cielo, y se volvió estrella; allá arriba; allá arriba está la Carnicería, el Sillón, la Bandeja Rota, el Melón Podrido, la luz del Paraíso; Hans el cochero, que llevó a Jesús, está allá, y el león que descendió de la luna en forma de meteoro; allá arriba, una vez al año, diez mil urracas forman un puente para que la Tejedora pueda cruzar el Río de la Luz y reunirse con el Boyero; están las trenzas de la reina Berenice, que sacrificó su cabello para asegurar la protección de su esposo; allá arriba hay una nave que nunca llega a puerto seguro, y el Susurrador, el Sollozante, el Alumbrador de la Gran Ciudad, y mira: el General del Viento; el emperador Mu Wang y su auriga Tsao Fu, que fueron en busca de los melocotones del Paraíso de Poniente, están allá; la hermosa Calisto, condenada por los celos de Juno, y la diosa Marichi, que conduce su carro tirado por los jabalíes a través del cielo; allá está la Cabra de Mar, el Elefante Danés, el Largo y Azul Tiburón Devorador de las Nubes y la Serpiente de Hueso Blanco; allá arriba está Teodosio convertido en estrella y la cabeza de Juan Bautista convertida en estrella y el aliento de Li Po, una estrella a la que sus poemas hacen brillar más; están las Dos Puertas, una por las que las almas descienden cuando cuando están listas para entrar en los cuerpos humanos, y la otra por la que ascienden a la muerte; allá un puma salta sobre su presa, y un Dragón Amarillo sube las Escaleras del Cielo; allá arriba está la Mujer Letrada, la Doncella Glacial, las Hijas Húmedas y la Cabeza de la Mujer Encadenada; allá está el Camello Sediento, el Camello Esforzado en Busca de Pastos y el Camello que Pasta Libremente; allá está la Corona de Espinas o la Corona que Baco le dio a Ariadna como regalo de bodas; mira: el Ombligo del Caballo, el Hígado de León, los Cojones de Oso; allá está Rohni, la Gacela Bermeja, tan hermosa que la luna, aunque tenía veintisiete esposas, sólo la amó a ella; allá arriba el Proclamador de la invasión de la Frontera, el Niño de las Aguas, el Montón de Ladrillos, la Exaltación de los cadáveres Apilados, El Excesivamente Minúsculo, el Lago Seco, los Sacos de Carbón, los Tres Guardianes del Heredero Forzoso, la Torre de las Maravillas, la Silla Volcada; allá arriba hay una nube de polvo que levantó un búfalo, y el aliento vaporoso del elefante que yace en las agua que rodean la tierra y el agua fangosa removida por una tortuga que nada a través del cielo; allá arriba está el círculo roto que es un plato desportillado, o un bumerán, o la entrada a la cueva donde duerme el Gran Oso; allá arriba están los dos asnos cuyo rebuzno causó tal barullo que ahuyentó a los gigantes que fueron recompensados con un lugar en el cielo; allá está la Estrella de Mil Colores, la Mano de la Justicia, la Vía Simple y Uniforme; allá está el Doble Doble; allá el Hostal de Carretera; allá el Paraguas del Estado; allá la Cabaña del Pastor; allá el Buitre; mira: el Abanico para Aventar allá el Creciente Menguante; allá la Corte de Dios; allá el Fuego de la Codorniz; allá el Buque de San Pedro y la Estrella de Mar; allá: mira: arriba: las estrellas.
Lecturas:
Eliot Weinberger, Algo Elemental. Siruela 2010
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Vincent Van Gogh, Noche estrellada
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8 comentarios:
¡Simplemente bello!!! ...me gusta ese modo de escribir un poema, es que aquél que ve el mundo en clave de poesía va haciendo un paneo de lo interior y lo exterior, un continuum, como filigranas de versos engarzados entre sí, formando un collar interminable y fantástico.Las estrellas constituyen ese tapiz de formas que cambian constantemente y, a un mismo tiempo, parecieran estar allí, quietas e inmutables..acicateando la mirada de unos y otros.Adorable la "Noche estrellada" de Vincent Van Gogh. Gracias! Abrazo!!
Estimada Mabel,
me suena muy bien lo que comentas.
El poeta-artista se deja atravesar por el Universo que lo rodea, espejo en el que ve reflejado su Universo interior, pero al mismo tiempo, éste es otro espejo donde se refleja aquel. Dos espejos, uno frente al otro, donde queda anulada la dualidad contemplador-contemplado.
Sin duda Van Gogh se encontraría a sí mismo reflejado en lo que pintaba.
Abrazos
Y yo, añadiría a ese precioso poema una estrofa más:
Las estrellas son como esos buenos amigos a los que, aunque no pueda vérselos siempre que uno desea, sabemos que siempre están ahí.
Un abrazo, amigo Jan
Queda anotado Syr.
Se de tus dotes para la amistad y soy testigo de tu talante generoso.
Te mando otro abrazo
Allá mira: estrellas
Y si más miras: más estrellas
Y si sigues mirando: más estrellas.
Y en cada estrella, un mundo infinito por conocer.
Un abrazo,
Tus palabras recuerdan las que ecribió Rumi:
"En un grano de trigo mil montones de gavillas.
Dentro del ojo de una aguja, una noche giratoria de estrellas".
Una abraçada
y pensar que cuando miramos el cielo creemos que solo es cielo y estrellas, y en realidad estamos viendo el centro de nuestra galaxia, oculta entre la materia oscura.. sera como tratar de vernos a nosotros mismos? cuantas cosas se nos escapan de la conciencia!
Hola Juliana,
muy amable por tu visita.
Veo por tus blogs que desarrollas una actividad artística. Siempre me ha parecido que lo que anima a emprender el camino de la creación es encontrar respuestas a todas esas cosas que se nos escapan para quizás, ir descubriéndonos a nosotros mismos.
Bienvenida a este espacio.
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