"Entre los nombres más destacados de Siva se encuentra el de Nataraja, señor de los danzantes, o Rey de los actores. En esta advocación el cosmos es Su teatro, Su repertorio es amplio y Él mismo es el repertorio y la audiencia.
Coomaraswamy
"Cuando el actor redobla el tambor, todo el mundo se acerca a ver el espectáculo; y cuando recoge los accesorios del escenario se queda solo en Su felicidad".
(Tiruvasagam XI, 14)
William Shakespeare, La tempestad
ica. Como se observará, la mano derecha superior tiene un pequeño tambor en forma de reloj de arena para marcar el ritmo. Esto implica sonido, vehículo de la palabra, transmisor de la revelación, de la tradición, del conjuro, la magia y la verdad divina. Además, el sonido se asocia en la India con el éter, el primero de los cinco elementos. El éter es la manifestación primera y más sutilmente penetrante de la sustancia divina. De él se despliegan, en la evolución del universo, todos los demás elementos: el aire, el fuego, el agua y la tierra. Por tanto, juntos el sonido y el éter significan el momento primero -impregnado de verdad- de la creación, la energía productora del Absoluto en su fuerza original y cosm
ogenética.En la mano opuesta, la izquierda superior, con los dedos formando media luna, sostiene una llama en la palma. El fuego es el elemento de la destrucción del mundo. Al final del Kali Yuga el fuego aniquilará el cuerpo de la creación y a continuación lo apagará el océano del vacío. Aquí, pues, en la balanza de las manos, se ilustra el contrapeso de la creación y la destrucción en el juego de la danza cósmica. Como la inexorabilidad de los opuestos, lo Transcendental muestra, mediante la máscara de Señor enigmático, la constante producción frente a un insaciable apetito de exterminio, el Sonido frente a la Llama. Y el campo de la terrible interacción es el escenario de la Danza del Universo, brillante y horrendo a causa de la danza del dios.
Un círculo de llamas y luz sale del dios y le circunda. Se dice que representa los procesos vitales del universo y sus criaturas, la danza de la naturaleza generada por el dios que danza en su interior. A la vez, se dice que significa la energía de la Sabiduría, la luz transcendental del conocimiento de la verdad, que al danzar emerge de la personificación del Todo.
Siva como Danzarín Cósmico es personificación y manifestación de la energía eterna en sus "cinco actividades": 1- Creación, emanación o despliegue; 2- Conservación, duración; 3- Destrucción, devolución o reabsorción; 4- Ocultación, cubrimiento del Ser Verdadero tras las máscaras y vestiduras de las apariencias, reserva, despliegue de la Maya; y 5- Favor, aceptación del devoto, reconocimiento del esfuerzo piadoso del yogui, concesión de la paz a través de una manifestación reveladora. Los tres primeros y los dos últimos están emparejados como grupos de antagonismos cooperantes; el dios los despliega todos. Y los manifiesta no sólo simultáneamente, sino también en orden sucesivo. Están simbolizados en las posiciones de sus manos y sus pies: las tres manos en lo alto son respectivamente "creación", "conservación" y "destrucción"; el pie que pisa al Olvido es "ocultación", y el pie leventado, "favor"; la "mano de elefante" indica la conexión de los tres con los dos y promete paz al alma que experimenta esa relación. Las cinco actividades se manifiestan simultaneamente con el pulso de cada momento, y en sucesión a través de los cambios del tiempo.
Ahora bien, en la Trinidad Siva de Elefanta los dos perfiles representativos de la polaridad de la fuerza creadora están contrapuestos a una cabeza central, simple callada que simboliza la quietud del Absoluto.
Siva como el "El gran Señor" ; Elefanta, s. VIII d. C.
Y hemos descifrado esta relación simbólica como expresiva de la paradoja de la Eternidad y el Tiempo: el océano tranquilo y el río torrencial no son en realidad distintos; el Yo
indestructible y el ser mortal son en esencia lo mismo. Esta maravillosa lección puede leerse también en la figura de Siva-Nataraja, donde el movimiento incesante, triunfal de los miembros oscilantes se hallan en significativo contraste con el equilibrio de la cabeza y la inmovilidad de la máscara de su rostro. Empapada de quietud, la máscara enigmática se alza sobre el remolino de los cuatro brazos flexibles indiferente a las piernas magníficas que marcan el ritmo de las edades del mundo. Reservada, sumida en soberano silencio, la máscara de la esencia eterna del dios permanece ajena al despliegue tremendo de u propia energía, al mundo y su marcha, al flujo y al cambio del tiempo. Esta cabeza, este rostro, esta mascara, permanece en transcendental aislamiento como una espectadora impasible. Su sonrisa, vuelta hacia dentro llena de beatitud de la autoinmersión, rechaza sutilmente con ironía apenas velada los gestos significativos de los pies y las manos. Hay una tensión entre la maravilla de la danza y la serena tranquilidad de este semblante expresivamente inexpresivo, a saber: la tensión de la eternidad y el tiempo, la paradoja -la muda refutación recíproca- del Absoluto y lo fenoménico, del Yo inmortal y la psique perecedera, del Brahman-Atman y la Maya. Porque ni lo uno ni lo otro es la totalidad que podría parecer; aunque, por otro lado, los dos, lo invisible y lo visible, son esencialmente lo mismo. El hombre, con todas las fibras de su personalidad innata, se agarra a la dualidad con inquietud y placer; sin embargo, verdaderamente y definitivamente, no hay dualidad. La ignorancia, la pasión, el egoismo, desintegran la experiencia de la Esencia suprema (cristal limpio y más allá del tiempo y el cambio, libre del sufrimiento y la cautividad) en la ilusión universal de un mundo de existencias individuales. Sin embargo este mundo, pese a toda su fluidez, es... y jamás tendrá fin.***
2 comentarios:
No sabia prácticamente nada sobre ello y me ha encantado la exposición.
La definición de dejar de ser meramente "animal humano" es muy acertada, la recojo para mi diccionario partícular.
Tons
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Me alegra que te haya resultado interesante esta exposición. Zimmer fué un gran conocedor de la mitología India, siendo sus ensayos fruto de un profundo conocimiento. Además la imagen y la riqueza del simbolismo de la obra aquí tratada para mi son de las que producen un gran impacto y disfrute estético.
Siempre un placer encontrarte por aquí.
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