Foto: Trencadís (cerámica fragmentada) en el Parc Güell de Barcelona

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domingo, 15 de marzo de 2015

Los Daily Photo Projects como alegorías de la vida y la muerte


El espejo de la vida y de la muerte, Anónimo Siglo XVII


"Son la cuna y la sepultura el principio de la vida y el fin della, y con ser al juicio del divertimiento las dos mayores distancias, la vida desengañada no solo las ve confines, sino juntas con oficios recíprocos y convertidos en sí propios, siendo verdad que la cuna empieza a ser sepultura y la sepultura, cuna a la postrera vida."

Francisco de Quevedo, La cuna y la sepultura. Para el conocimiento propio y desengaño de las cosas ajenas.


Recojo en esta entrada el ensayo del profesor Luis Vives-Ferrándiz dedicado a los Daily Photo Projects, práctica contemporánea realizada por fotógrafos que consiste en hacerse diariamente un autoretrato con la cámara digital, con la intención de continuarla hasta el último día de sus vidas. Las instantaneas insertadas en un vídeo y pasadas a gran velocidad reducen a segundos o minutos los años transcurridos, mostrando el proceso de envejecimiento fugazmente. Para nuestro autor, estas manifestaciones tienen mucho en común con la tradición alegórica dirigida a promover la meditación sobre el paso del tiempo -representada especialmente en las vanitas, género pictórico de época barroca-, poniendo el acento en mostrar lo efímero e ilusorio de la vida como acicate hacia el autoconocimiento. Así, esa secuencia rápida de imágenes actuarían como un espejo que muestra la verdad de la existencia del hombre al unir la vida y la muerte.



 Una vida en imágenes:
Los Daily Photo Projects 
y la retórica del instante
 (fragmentos)
por
Luis Vives-Ferrándiz Sánchez
 Grupo de investigación APES
Universitat de Valencia


La imagen y la muerte: Los Daily Photo Projects

Las relaciones entre la imagen y la muerte han sido siempre más estrechas de lo que a simple vista se pudiera pensar, o ver. Si se indaga en los orígenes del concepto imagen, dejando de lado cualquier acepción meramente visual o icónica, se encuentra que en la cultura romana la imago era la mascarilla de cera que, reproduciendo en negativo el rostro de un difunto, se colocaba en el atrio. La imago es una copia, un sustituto del muerto, su representación. La noción romana de imago supone una duplicación del difunto por medio del contacto con el rostro, por medio de un proceso de impresión. La imago no se basa en la imitación, en la mimesis, sino que es una imagen matriz producida por la adherencia. La máscara resultante es un soporte ritual destinada a hacer legítima una determinada posi - ción de los individuos en la institución genealógica de la gens romana.
Máscara mortuoria de época romana
La imago, por lo tanto, se vincula a la muerte ya que la imagen resultante tiene el objetivo de trascender el tiempo finito de la vida y alcanzar la eternidad. Un retrato, en una máscara mortuoria o en una pintura, consiguen vencer al tiempo de la vida, consiguen vencer a la muerte. La imago extrae un instante del flujo del tiempo y lo congela para la posteridad. La imago consigue así suprimir la muerte en una pulsión de eternidad. Momias, máscaras, retratos pintados o fotografías, son todas imago, copias, que tratan de vencer el inexorable paso del tiempo ya que buscan trascender la muerte e, incluso, suprimirla. Por lo tanto la imagen tiene unas relaciones con el tiempo, la vida y la muerte que desde antiguo han estado latentes pero quizás olvidadas por la tradición que ha podido entender la imagen como una mimesis de la realidad. Las relaciones entre imagen y muerte adquieren una nueva dimensión hoy en día gracias al desarrollo de la tecnología digital, un nuevo medio con enormes posibilidades de trabajo que ha tenido consecuencias tanto en el ámbito doméstico como en el profesional, abriendo nuevos caminos en el campo de la cultura visual hasta entonces inimaginables. El potente impulso de la fotografía digital ha ido paralelo al desarrollo de plataformas virtuales en Internet en las que compartir y difundir contenidos visuales, como you tube, Vimeo, Flickr o Picasa. La combinación de estos dos procesos ha posibilitado que a comienzos del siglo XXI se disponga de Internet como un espacio expositivo al que tienen acceso millones de espectadores y en el que se consumen las practicas visuales contemporáneas. Y es que los nuevos canales de creación, distribución y recepción de la cultura visual son un lugar idóneo en el que encontrar, exponer y consumir prácticas artísticas que deben incorporarse al discurso de la historia de la imagen. Los daily photo proyects de Jonathan Keller, Noah Kalina, Ahree Lee y Ellora Klein exploran a partir de las posibilidades de la fotografía digital las relaciones entre imagen, vida y muerte, entre fotografía, tiempo y movimiento. El 1 de octubre del año 1998 el fotógrafo Jonathan K. Keller inició el proyecto the adaption to my generation (a daily photo project), consistente en tomar una instantánea diaria de su cara hasta el día de su muerte.



(...) Estos proyectos se insertan en la tradición cultural convencionalizada occidental porque la presencia de la muerte en la última de las fotografías los convierte en alegorías de la vida que muestran el proceso de envejecimiento a modo de espejo. El empleo de cámaras digitales y la animación de las fotografías con programas informáticos es lo que posibilita la relectura del tema clásico de la vanitas, del memento mori y, sobre todo, del retrato o autorretrato a lo vanitas. Es el momento del montaje en el video el que carga a estos proyectos de un aspecto de vanitas en movimiento ya que posibilita ensamblar una sucesión de instantes y desplegar el propio movimiento de la vida, el proceso de envejecimiento y decadencia. Lo que está en juego en estos proyectos es condensar las imágenes de toda una vida en unos minutos o tal vez horas. O dicho de otra manera, permite capturar el movimiento de una vida en el espacio de tiempo que se desee aplicar a la proyección en video. Y es que desde antiguo se ha representado una secuencia temporal como una sucesión de instantes separados por un intervalo de tiempo. De este modo, el concepto de instante, y vale decir de instantánea fotográfica, es el que encierra la ilusión del movimiento. Tomando una instantánea de cada día de su vida, montándolas una en sucesión a la otra y proyectándolas en el formato de un vídeo es como se consigue capturar el movimiento de toda una vida. En definitiva, estos proyectos son retratos de toda una vida, son retratos en el tiempo y son proyectos que compendian todas las imagines de una vida.

Compendiar toda una vida en la tradición de la historia del arte 

Los nuevos medios digitales de captura y tratamiento de la imagen son la condición de posibilidad para poder desarrollar un programa de estas características, un proyecto que aglutina toda una vida en imágenes, las imágenes de toda una vida, desde el nacimiento hasta la muerte. Y aunque es difícil encontrar en la historia del arte imágenes similares a las de estos daily photo projects, hay ejemplos que han tratado de compendiar toda una vida en imágenes: me refiero a los temas de las edades del hombre (con su evolución hacia las escalas y ruedas de la vida), las imágenes de la Prudencia y algunos retratos que contienen referencias a la edad del retratado. La división de la vida del hombre en etapas, o edades, de variada duración contaba con una sólida tradición en la que el número de fases que conforma cada esquema varía en función del significado que cada cifra recibe. Las etapas de la vida del hombre se moralizaban en función de los años que las componían. Fue a finales de la Edad Media cuando el tema de las edades del hombre, hasta el momento difundido en textos, adoptó una forma visual concreta. Con la creación de la Rueda de la Vida o del Tiempo, los artistas del medioevo dieron plasmación visual a la idea del flujo de la vida. La existencia del hombre se divide en etapas que se disponen a lo largo de la rueda. El movimiento de toda la vida, desde el nacer hasta el morir, se compendia en siete o diez grandes instantes, imagines en definitiva, dispuestas a lo largo de los radios que conforman la rueda. Como ejemplo se puede citar la ilustración del Virtutum et vitiorum omnium delineatio en el que se disponen las edades, las etapas, los instantes de la vida, en la rueda de la Fortuna-Tiempo.


Imagen de la rueda que visualiza el movimiento de decadencia y corrupción de toda la vida, desde el nacer hasta el morir, desde la cuna hasta la tumba, el movimiento de la vida congelado en grandes etapas de varios años. Movimiento, eso si, que tan solo puede dar una vuelta. Las imágenes medievales de la Rueda de la Vida tuvieron su continuidad en las Escalas de la Vida, esquema que despliega las etapas en forma piramidal o de escalera ascendente y descendente en la que cada peldaño está dedicado a una de las edades. A su vez, cada una de esas etapas está acompañada de un animal que otorga un significado alegórico. También es habitual situar un árbol vivo al comienzo de la escalera y uno marchito al final de la misma, en alusión al progresivo proceso de decadencia que sufre la vida a medida que pasa el tiempo. Los grabados de Jost Amman de 1580 y 1599 sobre las edades del hombre contienen un árbol en cada una de las edades, empezando por el tallo que acompaña la edad infantil, pasando por el árbol cargado de frutos y repleto de hojas de los cincuenta años, hasta el árbol seco y sin hojas de la vejez. La presencia simultánea de los árboles junto a cada una de las edades hace que ambos sean imagines de la vida, instantes congelados y extraídos del flujo del tiempo. El movimiento de decadencia y corrupción hacia la tumba queda detenido en cada peldaño con la correspondiente edad y su pertinente árbol, que de este modo son auténticas still life, stilleven o «vidas congeladas», ya que se trata de elementos a los que se les ha eliminado su capacidad de movimiento. El árbol de estos ejemplos amplia y extiende la noción de imago como retrato de un difunto hasta el género del paisaje ya que se trata de sus diversas imagines, diversas instantáneas del mismo, de su movimiento de decadencia.

 Escalera de las edades, Nilolaus Fischer de Jonge s. XVII
 (clicar para ampliar)


(...) Las caras se despliegan en el tiempo para combinar en un mismo instante el pasado y el futuro. Y si en el futuro se encuentra la muerte, la imagen de la Prudencia que advierta sobre ello debe contener la pertinente calavera. Así lo entiende Sebastián de Covarrubias en uno de sus emblemas que reelabora la imagen bifronte de Jano para moralizar acerca de la fugacidad de la belleza. La calavera es la figura en la que va a convertirse la doncella, es la apariencia futura a la que se encamina, a modo de síntesis y compendio de la vida y de la muerte. Un doble rostro que despliega dos instantes de la vida, dos etapas de la misma, como un abanico o como las escalas que extienden la vida del hombre en instantes, en edades, desde la cuna a la sepultura, desde el vivir hasta el morir.

 Sebastián de Cobarrubias, Emblemas morales 1610


La cara janual de Covarrubias, con su particular combinación de vida y muerte, recuerda la necesidad de meditar sobre el paso del tiempo ya que, como explica Gracián, «en este remate de la vida todos discurrimos a dos luces y andamos a dos hazes; ni se puede vivir de otro modo que a dos caras (...). Y, en una palabra, todos en la vejez somos Janos». Pero, además, la iconografía de la Prudencia cuenta con el espejo como uno de sus atributos ya que «el mirarse en el espejo significa en este caso la cognición de sí mismo, no siéndonos posible regular nuestras acciones sin tener el debido conocimiento de nuestros propios defectos». En el espejo el hombre se mira para ver como va caminando para la muerte, como el paso del tiempo va modificando su aspecto. Un término formado por huesos a modo de esqueleto sostiene un espejo en un emblema de Covarrubias ya que:

Dizen ser, la memoria de la muerte,
el verdadero espejo, de la vida,
si mirandose en el, el hombre advierte,
quan tassada la tiene, y quan medida.

Sebastián de Cobarrubias, Emblemas morales 1610


El espejo es un instrumento que enseña la verdad de la existencia, que el hombre es un ser perecedero que cada día va avanzando hacia la muerte. El espejo es, por otra parte, atributo de la Verdad porque:

El espejo por su parte nos enseña que la verdad sólo se encuentra en toda su perfección si el intelecto concuerda enteramente con las cosas inteligibles, del mismo modo que el espejo es bueno cuando devuelve la verdadera forma de las cosas que en su superficie se reflejan. 

El espejo es, en palabras de Miranda y Paz, el instrumento que cada día enseña el progresivo pero imperceptible envejecimiento, como si fuera la fotografía diaria que se capturan en los daily photo projects:

alaja fiel (...) si en el queremos advertir, quan ajustadamente nos representa cada día la insensible diferencia del rostro; puntos que va dando el reloj para cumplir la última hora, que no se ven andar, ni se sienten, pero de un instante a otro se conocen.

La vida entendida como un proceso de decadencia y en movimiento hacia la muerte en el que Pérez de Herrera recomendaba «mirarse cada día al espejo, para no andar descompuestos (..) y ver cada uno lo que va descaeciendo y caminando para la muerte». Así, el clérigo melancólico que medita ante un espejo en el Políptico de la Muerte de tepotzotlán encuentra en el reflejo la verdad de su vida: la calavera.

 Políptico de la muerte (detalle) 1775

 El reflejo del espejo es la verdadera imago del hombre. El proceso de impresión en negativo de la máscara de cera ha dado paso a una impresión en positivo gracias al reflejo del espejo. La imago en negativo de la que hablaba Plinio se sustituye por la imago en positivo del espejo... y en las fotografías de los daily photo projects.

(...) Si hay algún caso en la historia del arte que verdaderamente puede asemejarse a los daily photo projects es la serie de autorretratos que Rembrandt realizó a lo largo de su vida. Salvando las distancias que lo separan, Rembrandt también capturó su imagen a lo largo de su existencia en una serie de autorretratos que no tiene parangón en la historia del arte y que, vistos ahora desde la óptica de estos proyectos, puede ser entendido como un antecedente de los mismos, sin hablar, eso si, de una inspiración directa. Se conocen un total de sesenta autorretratos en pintura, veinte grabados y diez dibujos (una media de dos autorretratos por año, dos imagines por año) que se han interpretado como estudios de expresiones y emociones o, por el contrario, como el proceso de formación de una identidad, de la búsqueda de un «yo».

(...) Alegorías de la vida en la cultura visual  contemporánea

Los proyectos de Keller, Kalina, Lee y Klein son, por lo tanto, alegorías de la vida que se insertan en la tradición cultural convencionalizada occidental, desarrollando y renovando estos temas gracias al empleo de los medios digitales de captura y tratamiento de la imagen. Los daily photo projects otorgan una nueva dimensión al tema de la edades del hombre ya que gracias a los medios digitales pueden dividir la vida del hombre en un número de etapas que equivale al número de días que constituirá sus vidas.
Cuando estos proyectos finalicen lanzarán un número de días, de instantes, que quizás serán miles, que conformarán una nueva cifra en el tema de las edades del hombre.


Alegoría de la Prudencia siglo XIV
(...) Las caras de la Prudencia forman parte, también, de los obras de Esther Ferrer. Su trabajo se basa en el concepto de tiempo aplicado a la retratística con un sentido similar, aunque con diferencias, al de los daily photo projects. Sus series tituladas El libro de las cabezas, compuesta entre 1973 y 1981, y Autorretratos en el tiempo, de 1994, son auténticas caras januales que combinan en un mismo rostro diversas dimensiones del tiempo ya que los autorretratos están hechos con mezclas de instantáneas tomadas en años diferentes. El proyecto consiste en que cada cinco años se realiza una serie de autorretratos en blanco y negro con mismo fondo, encuadre y luz, con la intención de no variar la apariencia visual de la imagen y que muestren, por el contrario, los cambios que Esther Ferrer ha ido sufriendo en su cara. Una vez tomadas las fotografías se cortan verticalmente por la mitad y se procede a unir el lado izquierdo del retrato de hace cinco años con el lado derecho del que se acaba de tomar.

 Esther Ferrer, El lbro de las cabezas

(...) Volviendo a Rembrandt, y gracias al cine, se ha conseguido dar una nueva dimensión a sus autorretratos. En 1956 con motivo del 350 aniversario del nacimiento del pintor, el director de cine holandés Bert Hanstraa recibió el encargo de hacer una breve película sobre él, titulada Rembrandt: Schilder van de mens, pieza de veinte minutos de duración que fue presentada al año siguiente en la sección de documentales del Festival de cine de Cannes.



Rembrandt: Schilder van de mens Versión reducida a 1 minuto

El cineasta basó su trabajo en las pinturas de Rembrandt, de manera que el discurso visual se construye a partir de sus propias imágenes. Toda la película descansa en la pintura, de manera que ésta se convierte, hasta cierto punto, en fotograma, ya que el encadenamiento de pinturas posibilita la secuencia de la película. Los autorretratos se muestran en orden cronológico, emergiendo uno sobre el otro, como si el espectador contemplase, a modo de película, el progresivo envejecimiento del pintor. Hanstraa dispuso los ojos de todos los retratos en la misma posición en la pantalla, recurso también utilizado en los daily photo projects, de manera que el proceso de envejecimiento se aprecia alrededor de la mirada.

(...) Por otra parte, condensar toda una vida en menos de un minuto, desde el nacimiento hasta la sepultura, pasando por todas las edades del hombre, desplegando todas sus imágenes, es lo que hicieron los creativos publicitarios Fred & Farid en el anuncio titulado Champagne para la consola de videojuegos Xbox. Los publicistas, con un tono algo gamberro, reinterpretan el tema de las edades del hombre y la brevedad de la vida, sirviéndose de las modernas tecnologías digitales para mostrar el veloz vuelo de una persona, el breve suspiro, que media entre el nacer y el morir.



El anuncio comienza en el quirófano de un hospital, con una madre haciendo el último esfuerzo para dar a luz a su bebé. El momento del nacimiento muestra una poderosa fuerza por la que el niño sale literalmente disparado, como si fuera un misil, rompiendo la ventana del hospital e iniciando un vuelo que muestra el veloz crecimiento desde niño a adolescente, adulto y anciano. Este arco de la vida termina con el anciano cayendo en la tumba de un cementerio con la misma fuerza con la que había iniciado su corta vida. « Life is short » es el eslogan que cierra el video y que supone un nuevo sentido para el tópico de la vanitas. La exhortación a la brevedad de la vida, que ha quedado demostrada con la velocidad supersónica con la que el bebé se convertía en anciano en pleno vuelo y entraba en la tumba, se dirige ahora hacia un cierto carpe diem. El anuncio parece tener un aire hedonista ya que pone el acento en el disfrute de una consola de videojuegos. Ante la brevedad de la vida el hombre debe disfrutar de los placeres que ésta le puede brindar. Y uno de esos placeres parece que son, en el siglo XXI, los videojuegos. El tópico del vita brevis se pone al servicio de la sociedad capitalista occidental porque ya no hay almas que preparar para la vita eterna. El alma, ahora, debe aprovechar el tiempo que tiene para jugar. No obstante, el anuncio muestra una cierta ambigüedad porque el mensaje que está transmitiendo bien puede ser el contrario. ¿Acaso no puede estar jugando precisamente con el mensaje opuesto?, ¿no está diciendo que si la vida es breve no vale la pena malgastarla en unos videojuegos?

El (auto) retrato último

Las imágenes que conforman los daily photo projects, y casi diríamos todos los retratos y paisajes que han ocupado estas páginas, están imbuidas del punctum que Barthes concibiera en su estudio sobre la fotografía, ese elemento que sale de la escena fotografiada y golpea, punza, perturba al espectador. Quizás el punctum de todas estas imágenes, ya sean digitales como en pintura, se encuentre en que el observador ve el progresivo movimiento hacia la muerte, hacia la última de las fotografías. Explica Barthes como «este nuevo punctum (...) es el Tiempo» ya que «la fotografía me expresa la muerte en futuro. Lo más punzante es el descubrimiento de esta equivalencia. (...) Tanto si el sujeto ha muerto como si no, toda fotografía es siempre esta catástrofe». Sabemos que estos proyectos se clausurarán y tendrán sentido con la última de las fotografías. Y quizás sea ahí donde reside el punctum barthesiano, en que sabemos que van a morir, que cada imagen nos está expresando la muerte en futuro y porque, cito a Sontag, «todas las fotografías son memento mori ». Ahora decimos que todas las imago son memento mori porque todas hablan de la muerte, desde las máscaras romanas a los retratos de Holbein, las miniaturas de Hilliard, las fotografías de Ferrer o las instantáneas de los daily photo projects. Más aún si se piensa en la difusión que los retratos post-mortem tuvieron a lo largo del siglo XIX y que tenían la función de perpetuar la imagen del finado, tanto adultos como niños.

 memento mori, autor desconocido s. XIX


La fotografía ocupó el papel que la pintura había desempeñado al retratar a príncipes, infantes o hijos de nobles fallecidos desde el siglo XVI cuyo recuerdo se quería conservar. Piénsese también en los retratos en pintura que se hacían de santos y beatos con la intención de contar con la vera imago de los mismos para la posteridad. No sólo ocupó su papel sino que democratizó una práctica, la del retrato post mortem, que cayó en desuso a medida que la cultura occidental fue relegando la muerte a un ámbito privado y oculto. Con la invención de la fotografía se procedió a inmortalizar todos los momentos importantes de la vida de una persona, todas las etapas o edades de ésta: desde su nacimiento o matrimonio hasta el servicio militar y la muerte, todo ello favorecido por la verosimilitud, la rapidez con que se obtenía y su bajo coste comparado con la pintura. Porque capturar una fotografía es participar de la mortalidad, vulnerabilidad, mutabilidad de una persona o cosa. Precisamente porque seccionan un momento y lo congelan, todas las fotografías atestiguan la despiadada disolución del tiempo. Y como he dicho, el verdadero sentido de estos proyectos descansa en la última de las fotografías a tomar, que dejará de ser un autorretrato para realizarse bajo la forma del retrato. Sin embargo, a pesar de este desplazamiento en la autoría, el arte contemporáneo no ha permanecido ajeno a estas experiencias y ha explorado experiencias límite en el campo del autorretrato que han permitido a sus creadores, y a los espectadores que las han contemplado, fantasear, indagar y disfrutar con las imágenes de sus propias muertes.


 Duane Michals, Self portrait as if I were dead


Duane Michals realizó en 1968 la fotografía Sel-fportrait as if I were dead, donde él mismo aparece desdoblado para contemplar su propio cadáver dispuesto sobre una mesa, mientras que Cindy Sherman ha ejecutado un autorretrato «a lo muerto» en su fotografía Untitled # 153, de 1985.

 Cindy Sherman, Untitled # 153


Sin embargo, como ejemplo de autorretrato póstumo, destaca el deseo de Bob Flanagan, artista de perfomance, poeta, músico y escritor, enfermo de fibrosis quística, de filmar los últimos momentos de su vida para el documental que el director Kirby Dick realizó en 1997 con título Sick, The Life and Death of Bob Flanagan, Supermasochist. De acuerdo con el plan ideado se debían grabar los últimos momentos de la vida de Flanagan, pero éste falleció antes de que llegara el director. Sheree Rose, su compañera sentimental y profesional, se encargó de registrar ese trance por medio de unas fotografías que forman parte del documental grabado sobre su vida.


 The Life and Death of Bob Flanagan, Supermasochist


A pesar de que el arte contemporáneo ha transitado por ese abismo que separa la vida y la muerte, asomándose a los reinos del espanto, hay que subrayar que es la presencia escondida de la muerte en la última imagen de la serie la que hace que la acumulación de fotografías, ya sea diaria o anual, de una cara o de un paisaje urbano, de la vida del anuncio de la Xbox o de las cuatro vidas de las hermanas Brown, conjugue en su visionado «el verbo morir en primera persona». Sin esa fotografía, o su ausencia en caso de que no se tome, estas imágenes carecen de sentido y dejan de ser alegorías de la vida. Viendo el avance hacia la muerte, hacia la última de las imagines, es el modo de ver todas las imágenes de una vida, el modo de ver una vida en imágenes.



Lecturas:

Luis Vives-Ferrándiz Sanchez, "Una vida en imágenes: Los Daily Photo Proyects y la retórica del instante", IMAGO revista de emblemática y cultura visual nº 1   Texto completo AQUÍ


Entradas relacionadas:

"Vanidades"

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4 comentarios:

M.A.O dijo...

Suelo decir a menudo, para mi y también para otros, según la circunstancia, "la vida es bella,la vida es breve.." sólo porque así lo creo, intensa y profundamente. Con respecto a las posibilidades de eternizar un instante, un rostro, una situación, a través de la fotografía te diré que es una instancia maravillosa. Actualmente la tecnología nos brinda un sinfín de ofrecimientos. Podemos registrar, ordenar, cambiar, mutar, engañar, mostrar crudamente la realidad o disfrazarla. Todo lo permiten los nuevos avances en fotografía. Supongo que, en ese sentido, quizá fue más sincero el retrato pintado...aunque no podría asegurarlo. La ansiada meca del no envejecimiento, la belleza eterna, el culto a la apariencia, lo artificioso que, sin embargo, intenta presentarse como natural...todo registrado a través de la técnica y el arte. Me pregunto entonces qué vientos extraños atraviesan la mente del hombre. A ciencia cierta sabemos que llegamos para emprender un sendero sin retorno, mal que nos pese o no podamos aceptarlo. El hombre se empeña en el dominio de todas las variables de su existencia, actuando como si fuera omnipotente, como si la muerte fuera siempre de los otros, y ni hablar del envejecimiento...siempre son los otros los que envejecen...en tanto los espejos están ahí, quietos, sarcásticos, nos hablan con nuestro propio rostro, una imagen errónea de nosotros mismos, la mágica posibilidad de ver nuestros ojos, descubrirnos en nuestra propia mirada. Ajenos a todos esos indicios contundentes el hombre vive como si fuera dueño de la eternidad...quizá...pero sin duda no es el que vemos en el espejo el que perdurará.
Gracias Jan, querido Amigo. Como aprendiz de fotografía me he sentido interpelada por este artículo tan interesante, con ventanas que se abren a la reflexión y el debate.

Una abraçada forte!!!

Jan dijo...

Por el seguimiento que hago de tu actividad bloguera Mabel, no me queda duda de que disfrutas enórmemente de tu aprendizaje en fotografía, demostrando además a través de ella que tu mirada es especialmente receptiva a la belleza de la vida. Y porque tienes conciencia de que ésta es breve, mayor razón para disfrutarla, ¿verdad..?

Con respecto a las nuevas posibilidades que ofrece la ténica digital, ya hay quien habla de la "post-fotografía", dado que se ha marcado un antes y un después en el arte de captar imágenes. Aunque tengo serias dudas sobre si éste es tal como comentas menos "sincero" que el retrato pintado. Supongo que todo retratista de pincel que quisiera mantener la clientela debía de hacer un poco de trampas intentando buscar el rasgo más agraciado del modelo...
Esos vientos sobre la búsqueda de la permanente belleza y la mejor apariencia de forma artificial no son nada extraños amiga, diría que son casi tan viejos como el ser humano. Y es que hay cosas que siempre han sido difíciles de asimilar...

Como siempre un placer leer tus reflexiones, un abrazo amiga !

Moisés dijo...

Los Daily Project más allá de lo curioso que son por ver retratado el paso del tiempo, son una moda como los selfies. La exploración de los nuevos medios digitales es aún muy rudimentaria y en el futuro saldrán frutos bien interesantes. Creo que hay mucho de narcisismo en ello. Por otro lado, los retratos postmortem en cualquiera de sus representaciones históricas están pegados al hecho de que se vivía la muerte de forma más cercana, porque la longevidad era menor. La sociedad contemporánea ha desterrado la muerte de sus representaciones. Se toma como algo lejano derivado del culto a la juventud. Curiosamente algo por lo que todos los humanos tendremos que pasar es algo de lo que nadie quiere, ni debe hablar.

Interesantísimo tema, como siempre, Jan.

Un abrazo.

Jan dijo...

Bueno Moisés, no sé si considerar a los Daily Proyects una moda. Entiendo que para que algo pueda considerarse "moda" ha de marcar una tendencia que sea conocida y puesta en práctica de forma más generalizada. No creo que este sea el caso, encuentro una gran diferencia con los populares selfies.
Considero que lo que se ha desterrado es el meditar sobre la muerte, algo a lo que ayudaban representaciones artísticas tradicionales de los que algunos ejemplos se muestran en esta entrada, pero su presencia ficticia o real es algo que continuamente se muestra en el cine o los medios informativos de hoy en día.
Me pareció interesante el ensayo por el punto de vista que propone desde el que descubrir rasgos de aquellas tradicionales representaciones alegóricas sobre la vida y la muerte en manifestaciones creativas actuales.

Abrazos