Foto: Trencadís (cerámica fragmentada) en el Parc Güell de Barcelona

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lunes, 23 de noviembre de 2009

La perplejidad del derviche

Derviches en una mezquita de Damasco

Los siguientes versos forman parte del Asrar Nama, "El libro de los secretos" (o de los misterios). Fueron compuestos por el persa Farid ad-Din Attar que vivió entre los siglos VI-VII de la Hégira (siglos XII-XIII d.c.), llegando a ser uno de los mayores místicos del islam sunní.

Esta versión es una traducción de Clara Janés en colaboración con Said Garby, quienes para respetar la tradición la presentan sin puntuar. Está editada por Mandala Ediciones, colección Alquitara.

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He velado mucho pobre de mí

en esta búsqueda toda una vida he pasado

En este mar he navegado mucho

al fin he lanzado mi equipaje al mar

Durante años me he sumido en este pensamiento

por muchos estados he pasado

Todos ya fueran guías o seguidores

en esta perplejidad iguales se mostraron

Nadie conoce el secreto divino

cautivos somos desde la luna al pez

Conoce la Ciencia de los Misterios Aquel que conoce los misterios

por esta razón sigue oculta por el velo

Una aventura fabulosa es y un asunto secreto

desde hace mucho estoy con este pensamiento

A pesar de todo he dejado ya de galopar

ya que de este valle no hay salida

Mucho tiempo con las uñas he cabado en esta mina

nada he visto y he quemado mi vida

Ni un instante he dormido con el corazón saciado

desde que existo en esta desesperación sumido estoy

Recorriendo las tribulaciones del mundo

cada pestaña vertía un torrente de sangre

Apenas he tenido un instante de aliento y heme aquí agotado

ni una noche entera he pasado y heme aquí aniquilado

De este cercado de azur soy la raíz arrancada

la rama rota soy del perpetuo movimiento del tiempo

En los días de bazar del tiempo mi corazón

no alcanzó con una flecha el blanco del deseo

Si bebí del mundo una sola copa grata

tragué mil y mil pócimas amargas

Toda la vida viví con el corazón sangrando

en esta vía ni de un instante de felicidad gocé

Así a lo largo de mi existencia toda

no se conformó el tiempo a los deseos de mi corazón

Si estaba lleno de entusiasmo en un comienzo

más tarde el desaliento se apoderó de mí

Cuando el cálamo se parte ¡nada surge en el papel!

por ver qué acontecerá espero

Tanto me ha extraviado ese dorso abovedado (el cielo)

que me he extrangulado con mis propias manos

Oh mundo toda crueldad posible

ensáyala conmigo ¡qué adversidad merecida!

Oh mundo cédeme un instante

y yo lloraré sin consuelo por tu causa

De mí no queda ya gran cosa

que podría aun salir de mis venas

No llevará luto el mundo por mi muerte

de un puñado de huesos no se preocupa el mundo

Si contara lo que en el corazón tengo

desde el principio hasta el fin de nada serviría

Pues a mi mal no hay remedio

es incurable coloca de nuevo la tapadera

¿Dejaré un día de hablar de mí

yo que sé que no soy nada?

¿Quién soy? Nada y menos que nada

el más grande pecador y el sevidor más pobre

Me ha faltado la fe y he amado el mundo en demasía

parezco un derviche infiel

Deslenguado y con el corazón a pique

cambio de idea sobre cualquier cosa

Tan pronto al rezar estallo en sollozos

como duermo la borrachera en la taberna

No llevo la jirqa (manto) ni el zunnar (cinturón)

voy tanto a la mezquita como al templo del fuego

No me conozco a mí mismo ni a nadie conozco

no conozco el bien ni el mal

Por una cosa futil

he dilapidado mi preciosa vida

Pobre de mí he derrochadomi vida en la concupiscencia

escarneciendo a la vida misma con mi villanía

Cuánto humo huyó de mi morada

cuántas cosa salieron de mi diván

Y aunque ahora mi cabello es blanco como la leche

de la codicia todavía no me he liberado

Tengo duro el corazón mas débil la determinación

mucho he andado pero no he ido más allá del primer paso







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