Foto: Trencadís (cerámica fragmentada) en el Parc Güell de Barcelona

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domingo, 9 de mayo de 2010

El "Bosque Sagrado" de Bomarzo


"El Señor al que pertenece el oráculo de Delfos
no dice, no calla: se expresa por alusiones".

Heráclito, Ártemis Efesia


El siguiente texto es el capítulo dedicado a los jardines o "Bosque sagrado" de Bomarzo, perteneciente a la obra de Emanuela Kretzulesco-Quaranta Los jardines del sueño, Polifilo y la místca del Renacimiento. Esta es una investigación sobre el considerado libro más bello del Renacimiento Italiano: la Hypnerotomachia Poliphili (traducido sería algo así como "el sueño del combate por amor a Polia"), llevado a cabo por su autora tras prolongadas pesquisas "detectivescas" en biblioteas, parques de villas y palacios, con el fin de desvelar las claves del relato de Polifilo ("el que ama a Polia"). Historia de amor que es alegoría de un itinerario espiritual, de una iniciación a la sabiduria hermética, pudiéndo ser un equivalente el que se propone al visitante que se interne por los jardines de Bomarzo, y al que invito de forma virtual a los lectores de Fragmentalia.

EL príncipe alquimista que imaginó estos jardines había sufrido una pena de amor: su primera mujer, Giulia Farnesio, murió joven. Esta prueba orientó el ingenio de Vicino Orsini, duque de Bomarzo, hacia la meditación de los últimos fines, el esoterismo y los experimentos alquímicos. Tenía una naturaleza exuberante y alegre, una curiosidad insaciable, un gran sentido del humor y cultura de humanista -heredada de su abuelo Franciotto Orsini-. Los jardines llamados "de los monstruos" no podían por menos de describir un auténtico camino iniciático. El dolor causado por la desaparición de su amada inspiró al esposo la conmemoración de su amor en este vallejo, al pie de la colina de Bomarzo, la antigua Polimartium, donde se alzaba el castillo de los Orsini.
Vicino Orsini, señor del lugar, era nieto de Franciotto, quien era, a su vez, sobrino de Clarisa, la mujer del Magnífico. El abuelo de Vicino había pasado la infancia en Florencia y se había educado con los hijos de Clarisa y de Lorenzo de Médicis, sus primos. Poliziano y Marsilio Ficino fueron sus maestros; escuchó sus lecciones sentado en el mismo banco que Piero y Giovanni, recibiendo la misma formación que el futuro León X. ¿Como extrañarse, pues, del sentido iniciático que Vicino supo darle a su "Bosque Sagrado" de Bomarzo? (Con ese nombre designa su jardín, explicitamente en numerosas cartas.) Las esculturas que lo adornan son conocidas como los "Monstruosn de Bomarzo", pero el término debe entenderse en su sentido latino -el verbo monstrare- de cosas que se muestran, que aclaran (los conceptos). Estos monstra son, en efecto, cosas dignas de verse, dignas de mostrar al público. Para asombrarle y obligarle a reflexionar sobre las abstracciones de las que son expresión, han asumido formas extrañas, capaces de forzar la atención del espectador. De este modo, las estatuas forman en su conjunto un espectáculo asombroso, ilustración de un auténtico cuento de hadas barroco.
Para Vicino, se trataba de encontrar primero y recrear a continuación los símbolos de los jalones de un camino que terminaría con el reencuentro de los esposos después de la muerte. El "Bosque Sagrado" es un jardín del amor "verdadero", el amor que es "más fuerte que la muerte". La última simbología de este jardín estará, en efecto, determinada por el tema de "la muerte de la muerte". Es decir, en el rencuentro de los amantes unidos por "el amor verdadero".

Las esfinges

DOS esfinges vigilan la entrada del jardín, que está situado en una pendiente -verdadera "colina inspirada"- que alegran fuentes. Uno de los graciosos rostros de estos leones ginocéfalos podría ser el retrato de Giulia, la bella desaparecida. La segunda mujer de Vicino, Clelia Clementini, quizá comparta con Giulia el honor de estar representada aquí, aunque su paso por la vida del príncipe no haya dejado mayor rastro oficial que un nombre en el libro de Pompeo Litta, el genealogista de las familias célebres de Italia.
Las esfinges son portadoras de enigmas. Desde la entrada habrá que estar atentos a sus advertencias. En el pedestal de una se puede leer:

TU CH'ENTRI QUI CON MENTE
PARTE A PARTE
ET DIMMI POI SE TANTE
MARAVIGLIE
SIEN FATTE PER INGANNO
O PUR PER ARTE
(Tú que aquí entras con la idea de verlo de parte a parte, dime luego si tantas maravillas se han hecho por engaño o bien por arte)

Apasionado de la Cábala y la alquimia, Vicino, sin duda, entendía por "Arte" el Ars magna de los alquimistas.
En el pedestal de la otra esfinge leemos:

CHI CON CIGLIA INACARTE
ET LABRA STRETTE
NON VA PER QUESTO LOCO
MANCO AMMIRA
LE FAMOSE DEL MONDO
MOLI SETTE
(Quien no va por este lugar con las cejas enarcadas y los labios apretados, tampoco sabrá admirar las famosas siete maravillas del mundo)


El visitante de Bomarzo, después de haberse empapado debidamente de la importancia de la peregrinación que se dispone a emprender, abordará, a la derecha, una avenida bordeada de árboles que le conducirá hasta un sorprendente monumento custodiado por términos de una, dos y cuatro caras. Por medio de ellas se le incita a reflexionar sobre los números: el "Cuatro" simboliza el Tetragrama del nombre divino Yahveh, comienzo y fin de todas las cosas. El "Dos" va más adelante en el misterio del Ser que todo lo encierra: el mismo y el otro. El "Uno" es el símbolo de Dios, el Único. Estos números sagrados, cuyo sentido divulgan los textos de los cabalistas, sitúan inmediatamente al visitante, valga la expresión, en... el camino recto: la diritta via que Dante lamentaba haber perdido cuando se encontró en el inextricable laberinto de una "selva oscura", la selva selvaggia. Este camino lleva al peregrino hacia el primer monumento "monstruoso", "digno de verse", del jardín Orsini.

El monumento de la triple Luz

TODO cuanto está arriba es como lo que está abajo; todo cuanto está abajo es como lo que está arriba...", dice la Tabla Esmeralda de los alquimistas. El Dios Uno en Tres es el modelo de los universos que Él ha creado. El número "Tres" los gobierna.
Aquí, ante el edificio que se presenta a la vista del espectador, se le pone en presencia de una trilogía a la gloria del "Tres", número de la Trinidad. Los tres universos -el de los abismos de la Luz negra, el de las constelaciones que emanan de la Luz Blanca y el de la Luz increada en la dimensión divina- están representados, respectivamente, por una gran boca infernal, un astrolabio que simboliza el conjunto de constelaciones y, por último, dominando todo, un fortín compuesto por cinco torres -una de ellas encima de las demás-, símbolo de la Ciudad de Dios, la Jerusalen celeste, bañada por la Luz increada.
Así sabemos que en todas partes resuena la gloria del Número divino: "en el Infierno, en la Tierra y en el Cielo".
Al contemplar este monumento un pasaje del Zohar, o Libro del esplendor, se observa bajo una luz nueva:


"Sabe que estos palacios celestiales son luz pura, no son ni espíritus, ni almas, ni forma alguna que se pueda percibir con los sentidos. Sabe que estos palacios son: el Pensamiento entrevisto a través del velo. Levanta el velo, y verás que toda la materia es inmaterial.

Matila Ghyka, en su libro Philosophie et Mystique du Nombre, cita este fragmento y recuerda que Eddington y Heisenberg, en efecto, han "levantado el velo" y que la materia se les ha mostrado como inmaterializada en "ondas de conocimiento". En cuanto a Vicino Orsini, el creador de los jardines, se desprende de su correspondencia con el alquimista francés Jean Drouet -recientemente publicada por Arnaldo Bruschi- y de sus relaciones con los intelectuales y artistas de su época, que fue él mismo el genius loci: un humanista de gran curiosidad, con la imaginación tremendemente impresionada no sólo por los textos esotéricos comentados por sus amigos los cardenales Farnesio, Gambara y Madruzzo, sino también por las alegorías ocultas en el relato de las locas invenciones del Orlando furioso, de Ariosto. Estuvo interesadísimo por la Cábala y la alquimia; soñó viajes por Oriente y China. La gran boca infernal que se abre ante el paseante, al final de la avenida de las Termas, tiene un modelo jemer que se puede encontrar normalmente, incluso en el museo Guimet, donde los pequeños leones muestran una máscara idéntica rodeada de los mismos estilizados bucles. La máscara se encuentra bajo el astrolabio y el fortín. El escudo de los Medicis orna la frente del "monstruo": un probable homenaje de Vicino Orsini a Lorenzo el Magnífico, junto a quien se había educado su abuelo Franciotto.(...)
Nacido el 4 de julio de 1523 y muerto en 1583, Vicino Orsini mantuvo continuadas relaciones no sólo con el alquimista Jean Drouet, sino también con los más sabios cardenales de su época: Farnesio y Gambara, a quienes visitó con frecuencia en sus cercanas residencias de Caprarola y Bagnaia. Y al cardenal Madruzzo, de Trento. La correspondencia de Vicino demuestra su profundo interés por el mundo intelectual. Especialmente, se encuentran referencias a Cardano y a Rabelais.(...)
Por otro lado, las relaciones del duque con Francia fueron numerosas. Su amistad con el cardenal de Rambouillet -a quien llamaba, familiarmente, Ramboglietto- le movió a visitarlo. Así es como vemos al duque en Rambouillet, desde donde, sin duda, no dejó de acercarse a la corte de Francisco I. El profesor Arnaldo Bruschi, de la Universidad de Roma, ha señalado una similitud entre el emperador Adriano, al crear su villa Tívoli, y el señor de Bomarzo, al crear, en su feudo, el palacio y el "Bosque Sagrado". Ambos pusieron en sus residencias favoritas la ilustración alegórica de sus pensamientos más profundos y más secretos. Como hizo Francisco I en Fontainebleau. Y, más tarde, Luis XIV en Versalles.
Cuando contemplamos la cima del monumento dedicado, aparentemente, a la gloria de la Luz -aquí, en Bomarzo- otro pasaje del Zohar nos viene a la mente: la torre más alta de La Ciudad de Dios nos conduce hacia "un misterio de los más secretos, el infinito (que) hace brotar el punto fulgurante, origen de la luz".

Los amantes de Bomarzo. El laberinto desaparecido y el templo del Amor

(...)Loco de amor "verdadero", Vicino quiso eternizar el "loco amor", esa pasión que saca al hombre de su piel -como a Marsias- y le proyecta en la eternidad. No vacila ante la más ardua empresa que su imaginación es capaz de proponerle: crear la octava maravilla del mundo.
Sin dejarnos influir por la leyenda que tiende a mostrarnos este jardín como un harén de monstruos, apresurémonos tras los pasos de Vicino; sigámosle en su reflexión sobre el destino del hombre y su puesto en el universo. El enigma por desvelar es la mujer; ella es la caverna, el receptáculo, el útero, la portadora de vida. Y puesto que ella es el enigma, ella es también la esfinge. Como Lucrezia para Lorenzo -y para Polifilo-, Giulia es la "puerta estrecha" de la iniciación. No es casual el hecho de que Platón ponga en boca de una mujer, Diotima, las palabras reveladoras de los misterios:

"En efecto, el verdadero camino del amor... es comenzar por las bellezas de aquí abajo y, con los ojos fijos en la belleza suprema, elevarse sin pausa pasando por todos los peldaños de la escala: de los cuerpos bellos, a los sentimientos bellos; de los sentimientos bellos, a los conocimientos bellos, se llega al fin al conocimiento por excelencia, que no tiene más objeto que lo bello en sí...

Después de haber contemplado el monumento a la "Triple Luz", el paseante de Bomarzo, volviendo sobre sus pasos, se sumía -en la época de Vicino Orsini- en un laberinto de seto esculpido, a la salida del cual se hallaba ante un pequeño templo dedicado al Amor que, afortunadamente, todavía existe. Amor y Muerte en la simbología del decorado; como la Luz blanca se opone a la Luz negra y la Materia a la Antimateria.
Un templo puede ser el "retrato" de una mujer, su "imagen", por medio del simbolismo de los números que rigen sus proporciones. El recuerdo de la belleza de Giulia, la amada, servía de punto de partida para la evocación dela belleza en Sí, de la que ella era "reflejo". "En la Hélade, cuyas riberas había escogido Anadiónema para nacer (el Número), fue a la vez la traducción plástica de la eurítmia de un hermos cuerpo humano y de una sinfonía musical". El arquitecto Vignola hizo de este pequeño templo un modelo de perfección mediante el Número de Oro y la Divina Proporción. Una calavera y dos tibias cruzdas recuerdan a la entrada que la amada espera a su señor más allá de la "puerta estrecha" que conduce a "la plena luz del día". El frontón recuerda al del Serapeum de Éfeso, construido por orden de Adriano. ¿Habría conocido Pirro Ligorio este Serapeum? Es probable, pues nada concerniente a Adriano dejaba indiferente al arquitecto de Villa d'Este.

La Gigantomaquia

LA meditación acerca de la creación de la luz en el universo visible, sobre los misterios de la vida y de la muerte, despierta la mente a las realidades del entorno. No hay mejor camino para acercarse al conocimiento del Creador que el que se abre a la Creación. El estudio de la naturaleza es el primer peldaño del templo de la Sabiduría. Y este estudio empieza por el examen de los vestigios de la formación de la Tierra. El mito de la Gigantomaquia -el combate de gigantes- esconde el relato geológico referente a los orígenes del planeta. Es, además, el primer objeto de estudio del alquimista, como lo asegura el alquimista santo Tomás de Aquino. Aquel que fue llamado "Doctor Angélico" por la pureza de su doctrina, remitiéndose a Alberto el Grande, Gerbert d'Aurillac (Silvestre II) y Avicena, afirma que comenzó "considerando los principios de la NATURALEZA, y encontrando en ellos la vía de la Verdad". Y de ahí pasó a una serie de experimentos con los metales, procediendo para ello según los procesos naturales de interacción de los elementos.
El mito de la Gigantomaquia es, pues, la clave de un camino iniciático que el filósofo deberá seguir. Pero el filósofo, a lo largo de toda su búsqueda del Conocimiento, demuestra ser también un experimentador que abre camino a la ciencia moderna. Con todo lo que se ha dicho de los alquimistas, acusados de herejía, de brujería y otra infamias, ¡descubrimos en santo Tomás de Aquino, el más venerado doctor de la iglesia, a un adepto de las prácticas alquímicas! Hay que leer sus dos tratados, De Lapide Philosófico y Thesaurus Alchemiae para descubrir cual fue su actividad en este terreno.


Aquí, en Bomarzo, el brutal gigante descuartizando a un andrógino podría representar la montaña que separa en dos partes una llanura, en el curso de una convulsión telúrica. Vemos ahí un recuerdo de los montes surgiendo del magma primordial y separando la tierra de las aguas. Como las piernas del andrógino, los cursos de los ríos se dividen brutalmente por nuevas formas rocosas, provocadas por erupciones.
Un busto de Pan, erigido sobre un pedestal, nos informa de que aquí comienza un itinerario filosófico y poético.
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La fama avanza hacia la ballena sobre la tortuga gigante
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YA que se trata, para el peregrino de Bomarzo, de meditar sobre las condiciones de vida necesarias para conseguir dominio del destino, contemplará, tras la Gigantomaquia, una tortuga gigante rematada por un globo encima del cual se mantiene en equilibrio una joven idealmente bella. Con los brazos levantados debía sostener la trompeta de fama. Si la tortuga representa la Tierra, la victoriosa ninfa Niké, que establece un vínculo religioso entre el globo terráqueo y el Sol divino, podría ser el símbolo del Anima Mundi velando por el destino de la Tierra durante el viaje de ésta hacia el Tiempo. Su trompeta proclama, al final de los tiempos, el cumplimiento de su destino. La tortuga, en efecto, avanza lenta pero inexorablemente hacia la boca abierta de una enorme ballena. La ballena de Jonás era un símbolo de la muerte, del tiempo que todo lo traga, y de la resurrección al tercer día. Habría, pues, aquí, en lo profundo de este vallejo en el que canta un manantial, un grupo escultórico destinado a inducir a la meditación sobre el camino del planeta en el cosmos. Un camino limitado en su duración. Sic transit gloria mundi... Hagamos notar que la tortuga portadora de una estela existe en China. Representa la Tierra unida al Cielo por el eje cósmico. Aquí se proclama el destino final: al final de los tiempos, la victoria sobre la muerte estará asegurada por la resurrección.

Una harpía con cola de pez

ENCARAMADA sobre una terraza ajardinada, representa el elemento marino, la sal amarga necesaria para cualquier tipo de vida en la Tierra. Frente a ella:

Una sirena bífida y una pareja de leones

ESTE grupo recoge el tema de las fuerzas que presiden la eclosión de la vida en la tierra empapada de agua. Estas fuerzas, tradicionalmente, se representan con una máscara de león que vierte el agua de las fuentes. Son las que antiguamente invocaban las jóvenes novias cuando se bañaban, la víspera de la boda, en el nacimiento de un río, pronunciando la invocación sacramental: "Fecunda, pare, re-pare".
Aquí, el grupo de la sirena y los leones representan la fertilidad de la tierra irrigada. El elemento acuático está simbolizado por la sirena, que vive en el agua; la fuerza del fuego solar, por los leones. La pareja de leones con las cabezas divergentes es la representación mitológica de la energía cuya acción se traduce en la circulación del fluido vital por la savia de las plantas. Una energía bipolar, como la electricidad. Recordemos que Adriano situó una sirena bífida en el frontón del Serapeum que erigió en Efeso, que Colonna (¿descendientes de los julii?) adoptaron el emblema y que se encuentra en El sueño de Polifilo.

El oso heráldico de los Orsini

EL oso, de pie, ofrece al peregrino la rosa, símbolo de la perfección de las estructuras celestes como Dante las evoca en su visión del Paraíso. Con esta promesa de felicidad, el visitante de Bomarzo -en tiempos del duque Vicino- podía sumergirse en el agua purificadora de un estanque rodeado de Bellotas y de Piñas esculpidas en la piedra. Purificado gracias a las abluciones, el visitante podía esperar "la apertura" de su cerebro a los asuntos del espíritu. La Piña representaba, para los humanistas, la glándula pineal, órgano encargado de las funciones de contacto entre lo visible y lo invisible.No nos extrañe ver desarrollarse aquí esta sucesión de alegorías referentes a temas típicamente humanistas: ése era el ambiente en que se formó la cultura de Vicino Orsini. No sólo tuvo por amigos y consejeros a los más cultivados principes de la iglesia de su época -fieles a la tradición humanista-; no sólo tuvo en su casa, viviendo, a célebres hombres de letras como Annibale Caro, sino que, en su propia familia, encontramos al bibliotecario Fulvio Orsini, cuyos libros constituyen actualmente una de las más importantes colecciones de la biblioteca del Vaticano. Este Fulvio, hijo natural de un Orsini, fue, en su edad madura, preceptor del joven Odoardo Farnesio, cardenal a los diecisiete años, a quien se debe la Galeria de los Carraches del palacio Farnesio de Roma. Los "hijos del oso", como se llamaba a los Orsini, eran, ciertamente, "amantes de la Sabiduría" cuando el jardín de Bomarzo fue concebido y realizado.

Cerbero o el decenso a los infiernos

El perro infernal de tres cabezas es el guadián de un sendero que conduce a la Boca de la verdad; obligaba al peregrino -fortalecido por su bautismo, con el alma dispuesta a experiencias metafísicas- a meditar sobre los últimos fines.


La gruta o Boca de la verdad


OGNI PENSIER VOLA
(Todo pensamiento vuela)
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ÉSTA es la inscripción que se lee, grabada en el labio superior de la enorme boca abierta en lo alto de un pedestal en escalones, dispuesta -se diría- a engullir al peregrino que hubiera osado grabarlas. ¿Cómo no recordar la Medusa aullante de Palestrina, guardiana del santuario superior donde el peregrino debía rcibir las lecciones de Atenea? Nos vuelve a la mente la enseñanza de Platón (Rep., VII) : el conocimiento que sólo depende de las sensaciones es semejante al que puede tener un prisionero encadenado al fondo de una caverna, de espaldas a la luz. Sólo conoce las sombras de los objetos proyectadas desde el exterior sobre la pared; la verdadera apariencia de los objetos, tal como se representa a la plena luz del sol, escapa a los sentidos del prisionero.
A la salida de la gruta, que le habrá ofrecido el medio de nacer de nuevo por un retorno a la matriz (regressus ad uterum), el visitante de Bomarzo se verá deslumbrado a la vez por el sol y por las alegorías de "otra" realidad. Más adelante se ofrecerán a su vista.
Ariadna dormida le ofrece al visitante el hilo. En sueños se hará patente el vínculo existente entre el mundo visible y el invisible. Omnia human nisi somnium esse, docet Poliphilus.

Pegaso

EL caballo alado rapta al peregrino, transportándole al Empíreo para que beba en las fuentes de claridad.

El elefante rematado en una torre



















ESTE monumento recuerda tanto al Elefente portando un obelisco de Polifilo como a innumerables elefantes indios portadores de palanquines. Aquí la Turris Sapientae sustituye al obelisco. El "maestro en pensar" está encaramado al craneo del animal ("aufer caput", decía Polifilo). El elefante levanta con la trompa al neófito vestido con túnica y con la coraza de "combatiente" (por amor a la Sabiduría...). Apartado del suelo, este nuevo Polifilo tendrá un lugar en la torre, donde podrá meditar sobre las enseñanzas del maestro; en especial, sobre las relativas a la futura resurrección.

Bona Dea o Mater Matuta

ESTA imponente representación de la fecundidad en el reino vegetal ofrece al neófito una inmersión en "las aguas de la vida". Le ayudan efebos con alas de libélula adornados de "medallones" Médicis. La exuberancia de los dones de la Providencia ofrece al adepto un flujo vital renovado, cuando se produce el renacimiento de la vida en la naturaleza, en pimavera.
El hilo de Ariadna permitirá al visitante encontrar el camino del jardín secreto de la Fuente de Vida, cuando haya vencido al dragón. Ariadna dormida sueña el itinerario que acaba allí donde el dragón defiende el enclave de Venus.

El dragón haciendo frente a una fiera

EL guardián defiende la entrada de los lugares consagrados a la Fons Vitae contra los asaltos de las fuerzas impuras que representa la loba. En sus alas las "medias lunas" de los Piccolomini son un homenaje al humanista Pío II.

La fuente de Neptuno

CUANDO haya cruzado (idealmente) el mar, el peregrino desembarcará en la isla de Citera, donde se halla la fuente. Neptuno guarda la fuente que le está consagrada . Vigila sobre ella, como un perro guardián, un gran delfín con la boca abierta. Jarrones cubiertos de inscripciones nos proporcionan el pensamiento de Vicino Orsini relativo a "Los Trabajos y los Días" de la vida. El Cantharus -vas electionis- representa el Grial, la copa dionisiaca y la embriaguez de quien beba en la fuente de la sangre divina.

La torre de meditaciones

ACTUALMENTE inclinada y a punto de hundirse, esta casa cuadrada parece haber estado destinada antes a la lectura y la meditación a la fresca sombra de los árboles. Una inscripción atestigua que el cardenal Madruzzo amó este sitio de retiro; junto con sus amigos Gambara y Farnesio, uno procedente de Bagnia y el otro de Caprarola, visitaba con frecuencia al duque de Bomarzo, en su "Bosque sagrado". Los tres cardenales habían recuperado, en el siglo XVI, las ideas y las investigaciones de los papas humanistas del XV, Nicolás V y Pío II; así como las de la tríada de cardenales "ilustrados": Nicolás de Cusa, Prospero Colonna y el griego Bessarión, fundador de la Biblioteca de San Marcos de Venecia. El hilo de Ariadna de las "Luces" nunca se había roto en la iglesia. En el año 1000 lo tenía Gerbert d'Aurillac, que había estudiado en España entre los árabes. Sin embargo, en el siglo XVI la tensión entre los representantes de las "Luces" y representantes de los "inquisidores oscurantistas" era tan fuerte que más de quinientos italianos fueron quemados a causa de sus ideas "heréticas"; sus nombre -ignorados por el público- sólo constan en las actas de los procesos. La complejidad de los problemas planteados por los "herejes italianos" del siglo XVI, a menudo dispersos por Suiza, Inglaterra, Holanda y Polonia, está minuciosamente consignada en la obra de Delio Cantimori Eretici italiani del Cinquecento. Respecto al duque de Bomarzo, hubo una investigación llevada a cabo bajo la dirección de los cardenales "reaccionarios" Scipione y Ottaviano Santacroce. Pero la investigación se archivó, gracias a las protecciones de que gozaba Vicino Orsini en el seno de la Curia por parte de los partidarios de las "Luces". Fue forzoso reconocerle la calidad de "sincero cristiano", de lo que da prueba, por otro lado, la hermosísima capilla de Santa María della Valle que erigió cerca del pueblo.

La Caverna de las ninfas

CINCO encantadoras niñas representan los Cinco Sentidos que Polifilo había encontrado a la salida del templo de la Fortuna. Se las ve aquí en nichos, llevando las señales de los Sentidos que representan: el espejo para la Vista, el jarrón para el Olfato, un racimo de uvas para el Gusto... Desgraciadamente, están mutiladas y sólo se pueden adivinar los emblemas que llevaban. Una inscripción medio borrada advierte al peregrino de lo que aún tiene que entender:

L'ANTRO, LA FONTANE, IL LI (¿bro?)
D'OGNI OSCURO PENSIER G... (?)
(La caverna, la fuente, el libro (liberarán a quien los conce) de todo oscuro pensamiento]

Ya dueño de sus cinco sentidos, el peregrino queda liberado de los pensadores "oscuros" a los que están abocados quienes son sus esclavos. Esclavos como los que Platón describe en su pasaje relativo a la Caverna.

Las tres Gracias

EN un nicho invadido por la hiedra se ve a las Cárites enlazadas entre sí. El murmullo de un arroyo en el bajo bosque recuerda el sentido del mito de las Charis dada, recibida, devuelta: el fluido divino del que son portadoras las tres Hermanas.

Afrodita o la Fons Vitae

Versión de la Fons Vitae en la Hypnerotomachia Poliphili

HE aquí, por último, a Afrodita defendida por un dragón que ella domina. Sostiene en las manos, en ademán de ofrenda, una concha cuya perla -representa a la vez el germen de la vida y la "verdadera" doctrina referente a la eclosión de ésta- era antiguamente el punto de partida de un "chorro de agua viva". Recordando un versículo bíblico, el "agua viva" brota de sus senos. La misteriosa sonrisa dela estatua es una promesa de felicidad. Si la fuente no estuviese seca, con sólo beber esta agua uno se sentiría ligero y feliz... Tan ligero y feliz como un pájaro que vuela en remolino hacia el cielo, por encima del castillo de ese visionario que fue Vicino Orsini.Un unicornio mutilado, tendido en el prado, representa el "reposo de peregrino" al término del "Combate por amor a la Sabiduría".Una estela invertida nos informa de que el prícipe Vicino Orsini terminó este jardín en el año 1552. Yque lo creó "para dar libre curso a su corazón":

SOL PER SFOGAR IL CORE

5 comentarios:

Baruk dijo...

El bosque de Bomarzo es un lugar que me encantaría visitar. Desde que vi las primeras fotografias ya me pico la curiosidad de una forma "alarmante", lástima se encuentre un poquillo alejado de mis posibilidades.

La placa final, la que indica que "Tan sols per desfogar el cor", porque esta invertida, lo sabes?

PD. Me ha encantado esta entrada, el tema y la cantidad de anotaciones alquimicas que muestras.

Un saludo

**

Jan dijo...

Hola Baruk,

espero que pronto puedas satisfacer tu deseo de conocer Bomarzo.
Sobre la estela invertida, no sabría decirte si responde a una razón concreta, pero me aventuro a pensar que sería un elemento más que forma parte de la concepción lúdica con la que se ideó este como otros jardines renacentistas. También la obra literaria, que según Emanuela Kretzulesco inspiró a algunos de ellos, la Hypnerotomachia Polifili, está llena de "ingenios" de este tipo en forma de criptogramas, logogrifos, jeroglíficos etc... Un ejemplo es el acróstico formado por las iniciales de los treinta y ocho capítulos que componen esta obra "anónima", donde aparecería de forma oculta el nombre de su autor.

! sozarba

Balailo dijo...

es curioso...

el cuatro en la numerología-tarot simboliza la autoridad, la responsabilidad y disciplina para ejercer jurisdicción en nuestra vida.

El dos, es la penetración del misterio, el desvelar lo oculto, descubrir los enigmas

El uno, es la mente aplicada, la acción, el movimiento, la manipulación bien dirigida.

El tres, la creatividad, la gestación de proyectos fructíferos, la feminidad, la fértil producción.

Acostumbro a asociarlo con los tres cuerpos del ser humano: físico-astral/emocional-mental. Con las tres caras de la Diosa Madre: joven-madre y anciana, las tres fases de la luna...

Coqueteé algo con la cábala y la alquimia, respeto les tengo, se lo merecen.

Bellísimas fotos.

Un saludoooo

Jan dijo...

Hola Águeda,

el uso que han echo diferentes tradiciones esotéricas de la numerología, otorgando al número un valor cualitativo y no meramente cuantitativo, entrando en el conocimiento de su simbolismo, es el de tener al alcance una herramienta, un método de estudio por el que ir transformando la mirada eliminando los límites de una visión dual y separadora. Facilitaría el Ver la unidad en la multiplicidad y viceversa, dando acceso a descubrir que todo está relacionado con todo, y que toda manifestación por los diferentes niveles del Ser son la expresión del Infinito.

Gracias por el aporte y por manifestar tus observaciones y experiencias.

Me despido también de ti de forma lúdica:

! ozarba nU

marcos dijo...

Hola, buena síntesis.

Hace poco estuve en Bomarzo. Os dejo un enlace a las fotos, que podéis usar como queráis.

http://www.flickr.com/photos/golemcabaret/sets/72157625936940955/