Foto: Trencadís (cerámica fragmentada) en el Parc Güell de Barcelona

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martes, 3 de julio de 2012

Esculpir el verdadero rostro

Supuesto retrato de Plotino. Museo ostiense, Roma


"No ceses de esculpir tu propia estatua"

Plotino, Enéadas I, 6, 9, 13


"Cuando un maestro hace una imagen de madera o de piedra, no hace que la imagen entre en la madera, sino que va sacando las astillas que tenían escondida y encubierta a la imagen; no le da nada a la madera, sino que le quita y expurga la cobertura y le saca el moho y entonces resplandece lo que yacía escondido por debajo".

Maestro Eckhart


"Hay que adquirir el rostro que se tenía antes de nacer"

Tradición hindú



La tarea que propone Plotino en los "ejercicios espirituales" que se pueden encontrar en la recopilación de su obra que hiciera Porfirio a la que titularía Enéadas, es la de ir descubriendo bajo la máscara de las efímeras apariencias el auténtico ser, la esencia eterna oculta en lo más profundo de uno mismo. Vía de purificación, camino a través del cual uno irá despojándose de todo lo adquirido, de las contingencias acumuladas como un sedimento a lo largo de la trayectoria vital que acaban por borrar la pureza original. Una hermosa metáfora que utilizará para describir este proceso, será la del escultor cuyo trabajo no consiste en añadir, si no el de extraer la materia que envuelve la Belleza oculta en su interior. Pierre Hadot en su obra Plotino o la simplicidad de la mirada hace referencia de ello en algunas de sus páginas.


Retrato (fragmento)
Por
Pierre Hadot



Los historiadores del arte creyeron identificar retratos de Plotino en varias obras artísticas que datan de la época del emperador Galieno. Sin embargo, no tenemos ninguna prueva decisiva de su autenticidad. Esto quizá nos apene debido a nuestro gusto moderno por la anécdota y la exactitud histórica, pero sin duda la cuestión le habría resultado indiferente al propio Plotino. Uno de sus alumnos le pidió que consintiese a que alguien hiciera su retrato. Plotino se negó en redondo y no accedió a posar. Se justificó así: "¿No basta con llevar esta imagen de la que nos ha revestido la naturaleza, acaso es preciso además permitir que dejemos tras nosotros una imagen de esta imagen, más duradera aún que la primera, como si se tratara de una obra digna de ser vista?" (Porfirio, Vida de Plotino 1, 7.) Perpetuar la imagen de un hombre "cualquiera", representar a un individuo, eso no es arte. La única cosa que merece que detengamos en ella nuestra atención, lo único que merece ser fijado en una obra inmortal, sólo puede ser belleza de una forma ideal. Si alguien esculpe la figura de un hombre, que reúna en ella todo lo hermoso que en él haya podido encontrar. Si crea la estatua de un dios, que haga como hizo Fidias al esculpir su Zeus:


No recurrió a ningún modelo sensible, sino que lo imaginó tal como sería si él accediera a aparecer ante nuestros ojos. (
Enéadas, V, 8, 1, 38.)

Así pues, el arte no debe copiar la realidad: en ese caso sólo sería la mala copia de esta copia que es el objeto que cae bajo nuestros sentidos. La verdadera función del arte es "heurística": a través de él, descubrimos, "inventamos"el modelo eterno a través de la obra que pretende imitarlo, decubrimos la Idea cuya realidad sensible sólo era una imagen. El verdadero retrato alcanzará, pues, al verdadero yo "tal como en sí mismo, en definitiva, lo cambia la Eternidad" (Mallarmé, Tombeu d'Edgar Poe).
El trabajo del artista puede ser, por tanto, el simbólo de la búsqueda del verdadero yo. Del mismo modo que el escultor pretende extraer de un bloque de piedra la forma que trasladará al mundo sensible de la Belleza ideal, el alma debe intentar darse a sí misma la forma espiritual, rechazando todo lo que no sea ella:


Regresa a ti mismo y mira: si aún no te ves bello, haz como el escultor de una estatua que ha de salirle hermosa: quita, raspa, pule y limpia hasta que hace aparecer un bello rostro en la estatua. También tú, quita todo lo que sea suplerfuo, endereza todo lo que sea tortuoso, limpia todo lo que esté oscuro, abrillántala y no ceses de "esculpir" tu propia "estatua" hasta que resplandezca en ti el divino esplendor de la virtud, hasta que veas "la Sabiduría en pie sobre su sagrado pedestal" (Platon:
Fedro, 252 d 7) ¿Has llegado a esto? ¿Has visto esto? (...) Si ves que te has convertido en esto, convirtiéndote tú mismo en una visión al adquirir confianza en ti mismo y ascender hacia lo alto, al tiempo que permaneces en este mundo, sin necesidad ya de quien te guíe, entonces, ¡fija intensamente los ojos i mira! (Enéadas I, 6, 9, 7.)

Poco a poco la estatua material se adecua a la visión del escultor, sin embargo cuando estatua y escultor no son más que uno, cuando son la misma alma, la estatua sólo es la propia visión y la belleza no es más que un estado de simplicidad total, de luz pura.
¿Cómo realizar el retrato espiritual de Plotino sin adherirse a este movimiento de purificación a través del cual el yo, al separarse de todo lo que no es verdaderamente él mismo, al abandonar el cuerpo, la conciencia sensible, los placeres, las penas, los deseos, los temores, las experiencias, los sufrimientos, todas las particularidades individuales y contingentes, se remonta hacia lo que en él es más él mismo que él?
Este movimiento lo encontramos precisamente en la propia obra de Plotino. Los tratados son ejercicios espirituales en los cuales el alma se esculpe a sí misma, es decir, se purifica, se simplifica, se eleva al plano del pensamiento puro antes de trascenderse en el éxtasis.
Se trata, pues, tanto de las particularidades históricas de la obra como del individuo. Poco importa que tal o cual concepto sea o no de Plotino, puesto que es necesario que nos despojemos de todo "saber" para "ser" puramente.
Nuestra ignorancia acerca del individuo Plotino y nuestras incertidumbres sobre la obra del individuo Plotino responden al deseo profundo del individuo Plotino, el único deseo que lo define, el de no seguir siendo Plotino, el de perderse en la contemplación y en el éxtasis:


Cada alma es y se convierte en lo que contempla. (
Enéadas IV, 3, 8, 15)

Trazar el retrato de Plotino no consistirá más que en descubrir, a través de su obra y su vida, los sentimientos fundamentales que, como los colores del arco iris, componen la luz simple de este único deseo, de esta atención que perpetuamente se vuelca hacia lo divino.


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En el siguiente enlace se puede leer el interesante capítulo de la obra de Pierre Hadot que sigue a continuación de este texto. Tiene por título "Niveles del yo":


http://homepage.mac.com/eeskenazi/hadot.html

Lecturas:

Pierre Hadot, Plotino o la simplicidad de la mirada, Alpha Decay, Barcelona 2004
Plotino, Enéadas, Editorial Gredos

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http://barzaj-jan.blogspot.com.es/2009/09/pigmalion-el-logro-del-alma.html
http://barzaj-jan.blogspot.com.es/2010/04/la-vision-intelectual.html
http://barzaj-jan.blogspot.com.es/2011/03/mirar-desde-lo-alto.html


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6 comentarios:

Baruk dijo...

Me gusta especialmente la cita que has escogido de las Enéadas: Cada alma es y se convierte en lo que contempla.

Es una frase muy reveladora, pues con razón los sabios hablan del mercurio o plata líquida, que toma la forma de su recipiente.

Es muy interesante.

Gracias Jan

*

Jan dijo...

Sin duda es una cita esencial Baruk.
En la doctrina plotiniana el estado contemplativo se alcanza cuando el alma se ve reflejada en la Belleza (Entendiéndose como lo único real, Verdad, Unidad primordial) reencontrándose a sí misma, anulando toda separación.

En el siguiente verso, Kkalil Gibran se referiría a ello como lo verdaderamente importante:

"Vivimos sólo para descubrir la Belleza. Todo lo demás es una forma de espera."

Abrazos

jcaguirre dijo...

Hola Jan: Soy Jose Carlos de Phantastika. Te felicito por tu blog. Me parece excelente. Los temas y las entradas se me hacen cercanas además de animar. Conozco la obra de Hadot a través de mi mujer que hizo la tesis de Jámblico que te recomendé. En Francia hay una serie de autores que re-leen el neoplatonismo con mucha potencia. El propio Hadot, Jean Pepin, Festuguiere. Una placer leer tu entrada. Un saludo

Jan dijo...

Hola Jose Carlos,

un placer encontrate por aquí. Conozco Phantastika desde hace unas semanas y me parece un sitio estupendo. Me gusta el punto de vista desde el que abordas la cultura de los enteógenos, se agradece que publiques artículos bien documentados y rigurosos junto a los aportes de tu personal creatividad. Sin duda es un lugar recomendable para quien esté interesado en el tema.

Ultimamente estoy leyendo todo lo que encuentro de Hadot, sobre una de sus obras principales "Ejercicios espirituales y filosofía antigua" estoy preparando algo que publicaré la próxima semana. Alguna entrada más tengo dedicada a este autor a la que se puede acceder desde el apartado de Etiquetas.
La tesis sobre Jamblico que me pasaste me parece interesantísima, te agradezco que me la recomendaras, felicita a tu mujer de mi parte.

Seguiré haciendo incursiones por tu blog, (destaco entre otras cosas especialmente el vídeo con la entrevista a Albert Hoffman), y estaré atento a nuevas publicaciones.

Saludos

jcaguirre dijo...

Gracias por tus comentarios. Phantastika es un viático personal y un intento de enhebrar decires en un ámbito que esta al margen y en penumbra con todo lo que eso supone. Me alegro de que te guste. Si lees francés me comenta mi mujer que Jean Trouillard tiene muy buenos libros sobre neoplatonismo. Uno de ellos "La purificacion plotiniana" Un saludo

Jan dijo...

Uf... me temo que tengo un poco oxidado el francés. Sin duda parece un libro interesante ese de Trouillard, como me lo está pareciendo la tesis "El símbolo en el De Misteris de Jámblico" que escribió tu mujer. Espero que a ella y a tí os parezca bien que deje aquí el enlace, por ser el tema del simbolismo neoplatónico frecuentado en Fragmentalia algún lector podría estar interesado en un texto que profundiza en ello:

http://eprints.ucm.es/14087/1/T33394.pdf


Y gracias a vosotros.